Capítulo 2

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El día había llegado. Todos los estudiantes del UWC Atlantic College debían partir a Gales para acomodarse en sus respectivas habitaciones y conocer el lugar. Debido a la pandemia el colegio abrió dos casas de estudiantes más, pero en cada habitación habría dos personas en vez de cuatro como ha sido siempre. 

Eran las nueve de la mañana en el aeropuerto de Madrid, donde se encontraba Leonor con dos maletas y una mochila, lista para comenzar el curso. Sus padres y su hermana no paraban de darle abrazos y de decirle lo mucho que la echarán de menos. Sofía le pedía a su hermana que le enviase fotos y vídeos del lugar y de todos los amigos que hiciera allí, mientras que sus padres no paraban de recordarle cómo debía de comportarse y sobre todo, que no se juntara mucho con la hija de Guillermo y Máxima.

Hablando de la hija mediana de la realeza holandesa... Alexia en estas últimas semanas había estado algo más rebelde de lo normal -si es que eso es posible-. Había aprovechado sus vacaciones de verano para pasar el máximo tiempo posible con sus amigos -y algún que otro tiktok.

En el aeropuerto de Ámsterdam la despedida fue similar a la de Leonor, sólo que Alexia se iba con tristeza a tierras galesas. En el avión intentaba pensar en positivo, pero eso de tener normas por todo era algo que no soportaba. Su familia siempre le habría brindado ciertas libertades dentro de lo que cabe. Sus padres nunca revisaban sus teléfonos, podían salir con amigos siempre que quisieran sin meterse en problemas y no eran estrictos con las dietas y los horarios.

El hecho de que el profesorado y el personal del colegio controlaran tus acciones prácticamente las 24 horas del día era el infierno para Alexia. Sin embargo, para Leonor no era nada del otro mundo ya que su situación era totalmente opuesta a la de la holandesa. Los reyes de España prohibían el uso de los teléfonos móviles a Sofía y Leonor para que estas no se distrajesen en los estudios entre semana, tenían una dieta estricta y un horario diario que cumplir.

Leonor llegó al aeropuerto de Cardiff y ahí ya había personal del colegio que recogían a los estudiantes que iban llegando y se montaban 30 alumnos en un mismo autobús. De camino a la escuela, los chicos intentaban romper el hielo y cantaban canciones y hacían juegos grupales para ir conociéndose mejor.

Una vez que llegaron al destino había un gran ambiente, personas que ya se habían instalado se encontraban en los jardines y alrededores de la escuela charlando y pasando un buen rato antes de la inauguración oficial del curso. Cada uno se fue a sus respectivas casas comunales que se les indicaron en el bus antes de que bajaran. Leonor le había tocado la casa 2 y el cuarto 7, se dirigía allí con cierto nerviosismo. ¿Quién sería su compañera de cuarto?

En la casa ya habían compañeros inspeccionando la casa y acomodándose en sus respectivos cuartos, la rubia subió las escaleras y se plantó en frente de la puerta de su dormitorio. Tomó una bocanada de aire y abrió la puerta con decisión.

Se quedó paralizada al ver a su compañera de cuarto quien estaba pegando fotos personales en el trozo de pared que le correspondía. La otra muchacha ante el repentino acto giró asustada hacia la puerta para encontrarse con Leonor. La cara de las dos era un poema.

-¿Alexia? -preguntó sin todavía creérselo la española, quien salió del cuarto para comprobar que el número de habitación era el correcto.

-¿Leonor? -esta vez la holandesa era quien comprobaba sus papeles para darse cuenta de que efectivamente en estos dos años iban a ser compañeras de cuarto. Este encuentro no podía haber sido más raro e incómodo para ambas.

Leonor en silencio entró y cerró la puerta para empezar a instalarse. Por otro lado, Alexia sin que Leonor se percatase, cerró los ojos y maldijo para sus adentros.

Alexia sabía que era imposible estar así dos años así que decidió romper el hielo mientras veía a Leonor deshacer su maleta tranquilamente.

-¿El viaje cómo ha ido?

-Bien.

-Ah, interesante.

La pelirroja esperaba una respuesta más elaborada o con más ímpetu. Pensaba en alguna otra pregunta en la que Leonor no pudiera responder un mísero "Bien", pero era complicado. En ese momento, Alexia sabía que ese era el karma por haber hablado mal de Leonor y que era una gafe.

Leonor en cambio, estaba nerviosa y no sabía qué responderle. Su viaje había sido de lo más normal y no había ocurrido nada del otro mundo, ¿qué más le iba a decir? Sabe que podría haberlo dicho de una forma más alegre, pero en ese momento seguía en shock.

De nuevo la puerta se volvió a abrir, pero esta vez de una forma más suave. Las dos chicas se giraron para ver quién era la visita y se trataba del director del centro.

-Buenas chicas. Ya veo que os estáis instalando, creo que ya os conocíais de antes. Los profesores y la dirección del centro pensamos que sería una gran idea que ambas compartierais habitación, espero que también os haya agradado la sorpresa. Simplemente os quiero dar la bienvenida y ojalá que viváis una gran experiencia aquí.

Las dos princesas asintieron y le dedicaron una sonrisa -no la más sincera, todo hay que decirlo- al director por sus palabras. Al marcharse, tanto la española como la holandesa se dedicaron esa típica mirada de "no sé cómo va a salir esto, pero rezo porque la situación mejore y no se forme silencios incómodos entre nosotras tras cada palabra que soltemos, tendré que aguantar como sea".


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Después de 30 años actualicé :') perdón por el tardísimo retraso, pero los profesores se pusieron de acuerdo para amargarme por casi dos semanas con exámenes y trabajos hehehe.

Espero poder tener más tiempo libre y actualizar más de seguido. Fingers crossed.

Nos vemoooos 🎔

A Dos Coronas de TiWhere stories live. Discover now