Capítulo 7

1.7K 125 3
                                    

Las dos muchachas se encontraban sentadas en un banco, esperando un milagro. Leonor no paraba de mirar por todos lados buscando algún rostro conocido al cual acudir, mientras que Alexia estaba un poco tumbada, con su gorra bajada para tapar más parte de su cara y con los ojos cerrados.

-No lo puedo creer, de verdad que no lo puedo creer -Alexia bufó ante las quejas de Leonor.

-Quejarte no hará que aparezcan por arte de magia.

Leonor puso los ojos en blanco y se mordió la lengua para no responderle, intentaba una y otra vez llamar a sus amigos pero era imposible y sus mensajes ni habían sido enviados.

-Alexia, piensa en algo, en alguna idea. En el fondo eres una chica lista, usa tu inteligencia. Podríamos preguntar a alguien si ha visto al grupo.

-No quiero destruir tus esperanzas, pero hay muchos grupos de estudiantes como nosotros y la gente no creo que se fije en detalles, a no ser que haya un Louis Partridge en el grupo. Creo que deberíamos volver al centro comercial, tiene pinta de que va a llover.

-No nos podemos ir. ¿Qué pasa si alguien viene en nuestra búsqueda?

-Leonor, han pasado 30 minutos desde que llegamos aquí y nadie ha venido, no creo que lo hagan con lluvia.

-Alexia, si nos volvemos al centro comercial es cuando no nos encontrarán ni queriendo.

Ante un pequeño debate sobre los pros y los contras por los que debían quedarse o irse, al final Leonor se hizo con la suya y se quedaron ante el pesar de Alexia. Unos cinco minutos más tarde, Alexia notó como pequeñas gotas de agua caían sobre su mano y a continuación sobre su cara.

-Como pille una pulmonía que sepas que es culpa tuya.

Leonor hizo oídos sordos y seguía buscando en la lejanía. Tarea que cada vez era más complicada porque la lluvia se intensificó un poco más. Para intentar cubrirse, Alexia tomó una chupa de cuero que había comprado y se la colocó encima de la cabeza, cubriendo también sus hombros. La española cogió parte de la chupa para cubrirse ella también, haciendo que el hombro derecho de Alexia quedase al descubierto.

-¿De verdad me habías comprado una chupa de cuero? -preguntó Leonor, intentando cambiar de tema.

-Me estoy empapando el hombro, suelta la chaqueta. Esta era tu idea, ahora te toca pringar -Alexia acto seguido, intentó recolocarse la chupa sin éxito.

-No seas egoísta, yo también me estoy mojando.

-A cambio, la semana que viene también decidiré la actividad que haremos en el fin de semana.

Leonor fue a reprochar pero decidió callarse, ya que tampoco tenía otra opción. Las dos princesas para cubrirse completamente, juntaron brazo con brazo y esperaron pacientemente. Alexia ante el cansancio apoyó como pudo su cabeza en el hombro de Leonor y esta, apoyó su cabeza en la de Alexia.

Pasaron unos 20 minutos hasta que la lluvia se fue completamente y las personas volvían a salir a la calle antes de que lloviera otra vez. Tanto Alexia como Leonor se encontraban con los ojos cerrados, medio dormidas, y la chupa ya prácticamente caída.

-¡Alexia! ¡Leonor! -dijo una voz lejana.

Las dos al oír sus respectivos nombres, abrieron de golpe sus ojos para poder buscar a la persona que las había llamado. En la lejanía, visualizaron la figura de Michael y se levantaron sin perder ni un segundo, llevándose consigo las bolsas cargadas de ropa empapada.

-Michael, ¿dónde demonios estabais? Llevamos esperando una eternidad -se quejó la pelirroja.

-Estábamos justo al otro lado del parque, dijimos de quedar allí a menos veinte. Empezó a llover y fuimos al centro comercial que está afuera del parque, pero rodeándolo para no pisar mucho barro. Tu móvil Alexia, estaba apagado y el tuyo Leonor, no tenía cobertura al parecer. Los demás siguen en el centro.

-¿Habéis estado en el centro comercial todo este tiempo? -preguntó incrédula la holandesa, sin poder creérselo.

Michael asintió, a la vez que Leonor comprobaba que su teléfono estaba en modo avión y por eso ni los mensajes ni las llamadas llegaban. A Alexia le entró la risa floja al saber que había estado bajo la intemperie todo este tiempo para nada.

-Si me hicieras caso tan sólo una vez, nos ahorraríamos muchísimos problemas -dijo Alexia antes de irse andando enfadada hacia el centro comercial.

Leonor se sintió algo culpable por lo que había pasado y comprendía el enfado de Alexia, Michael notó esto e intentó quitarle hierro al asunto.

Una vez que estaba el grupo completo, se dirigieron al punto donde tomarían el bus de vuelta al colegio con 40 minutos de retraso. Alexia puso su móvil a cargar nada más montarse y durante el camino no paró de estornudar, mientras que Leonor notaba como la cabeza le iba a explotar. En el trayecto a su habitación las dos se mantuvieron en silencio, cuando llegaron a la puerta, ese silencio se rompió por los tonos de llamada de ambos móviles.

Al ver de quiénes se trataban, Alexia y Leonor se miraron con el ceño fruncido, pero con cierto atisbo de duda y miedo. Se venían curvas.

A Dos Coronas de TiOnde histórias criam vida. Descubra agora