Capítulo 19

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Los días seguían pasando y ahora el margen de error era mínimo, porque como fallara en la más mínima cosa, el regalo se iba al traste.

Incluso los amigos de Alexia estaban preocupados por ella, pues desaparecía de la nada y no daba señales de vida hasta un par de horas después. En los últimos días, Martijn era la persona con la que Alexia había hablado más, pero sobre tejer. La holandesa evitaba a toda costa a Leonor para evitar un interrogatorio y que se le escapara algún detalle del regalo.

Quedaban prácticamente 4 días para el cumpleaños de Leonor y aún había cosas por hacer, como las coronas, aunque lo más difícil ya estaba hecho. La española seguía en duda sobre ir a la fiesta de Halloween porque seguía sin saber qué disfraz llevar.

En este momento, Alexia y Martijn se encontraban en un parque del pueblo, mientras Alexia se quejaba sobre el exceso de trabajo que estaban teniendo, Martijn hacía las partes más difíciles de las figuras, para que nada saliera mal.

Preferían irse al pueblo porque en el internado podían inventarse cualquier cosa y ya una no podía confiar en nadie. Desde que se destapó los planes de Lucy y Michael, ni Alexia ni Leonor se volvieron a dirigir a ellos, pese a que tenían una charla pendiente, que sería después del cumpleaños de la española.

Leonor en cambio, se encontraba frustrada consigo misma porque no era capaz de concentrarse al 100% en sus proyectos de clase. Cierta persona habitaba prácticamente todo el día en la mente de Leonor y más cuando ha notado un cierto distanciamiento en ella. No había malos rollos, pero últimamente Alexia intentaba terminar rápido las conversaciones y la mayoría de sus respuestas eran monosílabas.

Esa situación era nueva para ella y era algo que le asustaba. ¿Era amor? ¿Quizás una intensa amistad? ¿Por qué se sentía así? Sabía perfectamente que Alexia era todo lo contrario a lo que ella estaba buscando, y que su reputación en el continente europeo deja bastante que desear, sin embargo, aquí estaba viendo a otra Alexia a la que su madre y toda la prensa criticaban.

La rubia seguía sumergida en sus pensamientos mientras miraba al infinito, hasta que escuchó la puerta abrirse y se giró para encontrarse a una Alexia con una cara de bastante cansancio.

-¿Qué tal el día? -preguntó Leonor, siguiendo con la mirada los movimientos de la holandesa.

-Agotador. Harta de tantos trabajos -Alexia rebuscó en su mochila y sacó un paquete de papeles de cigarrillos, el filtro y otro paquete con el tabaco para fumarse un piti-. Estoy estresada.

-¿Vas a fumar aquí?

-Me pondré al lado de la ventana para que no haya tanto olor, no te preocupes. ¿Al final vas a la fiesta de Halloween?

-Hmm... No lo sé aún. Además, tampoco encuentro un disfraz que me guste.

-Tienes una gran variedad para elegir, en el pueblo que hay una tienda de disfraces, puedes echarle un vistazo. Allí he comprado yo mi disfraz -respondió Alexia.

-¿Tienes ya disfraz? -preguntó Leonor con una ceja levantada-. ¿De qué es?

-Es un secreto. Tendrás que ir a la fiesta para saberlo -sonrió la pelirroja-. Sólo te puedo decir que no mucha gente se disfraza de este personaje.

Ahora Leonor tenía la duda en el cuerpo, ¿de qué iría disfraza?

-Si te vas a cambiar aquí, voy a ver el disfraz de todas formas aunque no vaya a la fiesta.

-No, porque el disfraz está en el cuarto de Nathalie y me iré a su dormitorio para preparar el maquillaje. Vas a tener que ir, lo siento en el alma.

Era una forma rara de invitarla al baile, pero Leonor la aceptó de todas formas. La española observaba cómo la holandesa le daba caladas a su cigarrillo mientras miraba al exterior, cómo su pelo se movía por la débil brisa que hacía y cómo expulsaba el humo por la boca.

A Dos Coronas de TiWhere stories live. Discover now