Capítulo 40

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Leonor se pasó una semana entera pensando sobre el comentario de Madeleine y se planteó el preguntarle directamente a Alexia, pero le daba vergüenza. ¿Qué pasa si lo malinterpretaba? Ella simplemente quería asegurar de que lo suyo iba en serio, pero temía que le pudiera sentar mal.

En estos días, ambas princesas habían pasado más tiempo por la noche después de las clases y de las actividades extracurriculares. Habían visto películas, habían hecho noche de karaoke, Alexia continuó con las lecciones de tejer y Leonor había aprendido algunos bailes de TikTok a petición de la holandesa.

Se lo pasaban tan bien juntas que la rubia no quería arruinar el momento, por lo que siempre decidía dejar esos pensamientos para sí misma.

Era un sábado y Leonor había salido un rato con su grupo de amigos para tomar algo en el pueblo, Alexia le comentó que estaría en el partido de Martijn y quería hablarle sobre las actualizaciones del último mes, ya que apenas habían coincido en estos días.

La española estaba en una cafetería y por la cristalera del establecimiento, en la otra acera, vio a Michael junto a algunos chicos que estaban con él en el equipo de baloncesto. Se quedó mirándolo hasta que notó que su mirada iba hacia ella y apartó la vista de allí para centrarse en sus amigos.

Su corazón comenzó a latir muy rápido por el incidente, miró de reojo nuevamente y ya había desaparecido. Toda esa situación era bastante extraña y pensó que sería una mera casualidad que sus miradas cruzasen.

Volvió a la conversación con sus amigos quienes hablaban sobre qué clubs se apuntarían este trimestre. Había un segundo llamamiento o algo así.

-Yo no sé si apuntarme al club de teatro, dicen que va a haber salseo ahí -comentó Lysandra.

-¿Tú? ¿Actuando? Espero que seas el árbol o algún extra en el fondo porque con tu mala memoria destrozarías la obra -dijo Viktor para meterse con Lys.

-Cállate imbécil, qué parte de que va a haber movida no has entendido. Sé que soy malísima para la actuación, no hace falta que me lo recuerdes.

-¿Movida? ¿Sobre qué? -preguntó Leonor con mucha curiosidad. Podría tener el alma de una señora de 60, pero por eso mismo, el chisme siempre era bienvenido.

Su madre siempre le decía que no había que ser muy curiosa sobre la vida de los demás porque te hacía ver como una maruja, y la gente no solía tener una buena percepción de ese tipo de personas. Se tenía que saber lo justo y necesario sobre alguien, algo que fuera de utilidad o valioso, no cualquier cosa.

Sin embargo, su hermana y ella después de eventos oficiales, compromisos reales o incluso leyendo la prensa, comentaban todo y siempre querían saber un poco más. Suponía que era algo que llevaba en la sangre.

-Hace poco Theresa me contó que en la biblioteca un chico que se llama Matteo le estuvo comentando que se quería apuntar al club de teatro, pero no precisamente por amor al arte, que puede ser, sino porque Alexia a lo mejor se apuntaba también.

-¿Se viene triángulo amoroso? ¿Creéis que Martijn sentirá celos? Lo siento mucho Leonor, cariño, pero se especuló que Martijn se acercó a ti para darle celos a Alexia u olvidarse de ella -intervino esta vez Madeleine.

-Yo sinceramente no veo a Alexia interesada en nadie en esta escuela, quizás tenga a alguien en Holanda -la española miró primero al japonés ya que fue quien tuvo la última palabra, y seguidamente miró al resto de sus amigos.

Si ellos supieran, pensó para sí misma.

Pese a que Leonor sabía perfectamente que Alexia no estaba interesada en nadie más que en ella en esa escuela, le provocó cierto recelo que alguien estuviera interesado de una forma no amistosa en Alexia, aunque para la española era normal ya que sabía que la holandesa era preciosa, lista, divertida y alocada... vale, se estaba yendo por las ramas.

Aun así, decidiera lo que decidiera Alexia, la apoyaría y estaría en primera fila si llegase a actuar en alguna obra. Leonor veía que la pelirroja tenía talento para el mundo del entretenimiento y arte, pero nunca había podido desarrollar sus habilidades ni participar en obras como el personaje principal porque sus padres temían de que se pudiera lesionar.

-Ya, quizás... -dijo Leonor en voz baja.

Siguió la conversación y recibió un mensaje de su hermana en la que ponía que por la noche tenían que hablar. Al leerlo de esa manera, pensó que sería algo serio o importante por lo que le respondió con un ok.

Sofía le dijo antes de irse que ella sería investigando e intentando obtener información en caso de que sus padres decidieran hacer algo en contra de su relación con Alexia, y temía que lo que le tuviera que decir se tratase de eso. Le rompería el corazón saber que todo lo que sus padres dijeron fue una fachada para contentarla.

Estuvieron ahí una hora y media más, hasta que pusieron rumbo de vuelta al colegio. Alexia y Leonor quedaron por los jardines traseros para estar un rato a solas y poder charlar tranquilamente.

Ya era de noche y todos estaban cenando o en sus cuartos. Leonor estaba en un banco sentada mirando a las estrellas, esperando a Alexia quien llegaría en unos minutos.

-¡Hey! Perdón por la espera. ¿Qué tal con tus amigos? -nada más llegar, Alexia le plantó un beso en los labios a la española y se sentó a su lado.

-Bien, todo bien. ¿Y tú? ¿Qué tal el partido? ¿Viste a Martijn?

-Sí, hemos ganado y Martijn ha marcado dos goles, ahora está insoportable presumiendo de lo bueno que es, ya sabes cómo es él -Alexia se rio hablando del egocentrismo del holandés-. También le conté sobre lo nuestro, lo de que nuestros padres han aceptado nuestra relación y me ha dado un abrazo, nos desea lo mejor y que podemos contar con él para lo que necesitemos.

-Qué mono -rio esta vez Leonor-. Por fin alguien decente en este sitio -suspiró.

-Auch.

-Quitándote a ti, por supuesto.

-Eso está mucho mejor -Alexia puso su pierna encima de las de Leonor y esta última comenzó ha hacerle cosquillas.

-Ah, por cierto... ¿tienes pensado en apuntarte a otro club este trimestre?

-Hmm... estuve pensando en el de teatro, aunque aún no lo sé al 100%.

-¿Por? Siempre me hablas de lo mucho que te gusta la actuación y el cómo tus padres nunca te dejan hacer nada respecto a eso.

-En teatros escolares casi siempre hacen obras románticas, entonces, en caso de que me dieran el papel principal, que es lo que seguramente pasaría -dijo bromeando-, tendría que aparentar que estoy enamorada de alguno de aquí, ya sé que son gajes del oficio, pero dependiendo de quien sea sería muy difícil crear una conexión.

-Ese problema lo tendrías siempre -Leonor no pudo contener la risa ante la pésima excusa de Alexia para no apuntarse al club de teatro.

-Ya, pero es que aquí no estoy actuando con Leonardo DiCaprio o Brad Pitt de joven, y hay muy pocas personas que se lo toman en serio. Básicamente van a ligar.

-Bueno, creo que deberías intentarlo, no pierdes nada. Si no te gusta, te puedes quitar.

-¿De veras? -Alexia se quedó unos segundos callada, reflexionando sobre lo que le acababa de decir Leonor-. Si me lo dices tú, debería hacerte caso. Tienes razón, no hay nada que perder.

-Sólo no te enamores de verdad de alguien más -Leonor dijo esto mirando al suelo, mientras seguía haciéndole cosquillas.

Alexia levantó las cejas incrédula por lo que había dicho Leonor. ¿En serio le había dicho eso? Negó levemente con la cabeza a modo de desaprobación.

La holandesa retiró su pierna para sentarse correctamente en el banco y con su mano derecha tomó con suavidad la barbilla de Leonor para que le mirara directamente a los ojos.

-Eso jamás -la mirada de la pelirroja se desvió hacia los labios de Leonor, para después darle un beso.

Con ese beso Alexia esperaba apartar todas las dudas que Leonor pudiera tener. Quería transmitirle que por muchos Johnny Deep, Tom Holland o Timothée Chalamet que hubiera, ella siempre sería su coprotagonista y nadie podría cambiar eso.

A Dos Coronas de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora