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Betsy entró a la habitación que había sido antes de su hermana. Con la alegría inmersa de aquella noche también recordaba los momentos con Andrea, dignos de vivirlos otra vez pero que ya no regresarían, ahora debía seguir la historia en otro capítulo. Su hermana no estaba ahí para escucharla como lo había hecho cada noche desde su infancia, había tanto por decir que sentía la obligación de contarle. Decidió escribir en un papel, si enviaba algún mensaje de texto probablemente sería demasiado largo y encontraría molesto leerlo, si la llamaba quizá a esa hora ya estaba durmiendo.

Para Andrea:
He de decir que el tiempo trae sólo, justo aquello que debe estar. Dije que no creería en el amor a primera vista y tuve muchas objeciones con esa idea, hoy sé que existe y no cómo lo imaginaba. Desde el primer momento que me crucé con Natán quise que su vida y la mía estuvieran cruzadas, ni siquiera sé de qué forma y no esperaba que él se convirtiera en alguien tan importante para mí. Siempre soñé con un príncipe, con una familia y que sólo el propósito de Dios lo harían realidad. Es posible que aún falte para eso, pero estoy segura que voy por el camino que lleva a esa meta, no sólo por lo que siento por él, más que nada por lo que él significa, soy feliz, me siento segura y confiada, sé que nunca hará nada indebido, él es verdaderamente un regalo de Dios.
Betsy.

Betsy entregó el papel a su hermana el domingo siguiente, que trajo además otras sorpresas. Fernanda pasó al altar y reconoció que creía, que de repente tenía fe, aunque del todo no entendiera de qué se trataba. Su abuela por su parte asistió de nuevo mostrando un poco más de interés a la religión y asegurando que asistirían todos los domingos de ahí en adelante. Andrea anunció a su familia que estaba embarazada, y Betsy como siempre mostraba más emoción que todo el mundo como si se tratara de su propio asunto. Natán aclaró ese día a los padres de Betsy que habían comenzado una relación, que no era un simple juego de citas, era real y verdadero. Andrea respondió a la carta improvisada de su hermana utilizando el mismo método.

Para Betsy:
Soy tan feliz como tú al leer tu nota. Me alegra tanto que hayas encontrado a alguien tan especial, que valora quién eres y te ama. No asimilo que alguien te merezca y en verdad espero que sean guiados por Dios. Deseo que descubras las maravillas del amor que van más allá de una atracción física, cultivalo todos los días, sé sincera, honesta y dale confianza, no tengas miedo de mostrar tus inseguridades, en tus días malos no te ocultes y busca el apoyo incondicional de quién te ama. Sabrás que los hombres no son tan complicados como pensabas aunque todos tengan su propias cualidades, cuando se miran al espejo siempre se verán atractivos, escogerán la ropa que tengan a la vista y cuando se tomen una foto no dudarán ni un segundo porque siempre se verán atractivos, tómate esto como broma, pero si te casas con uno sabrás que tengo un poco de razón. Pero sobre todo Betsy te pido, no dejes que tu felicidad dependa de los demás, reparte por doquier lo que tienes y más tu bondad y ternura. Que tu alegría dependa de Dios no importa el tiempo ni las circunstancias, así sabrás darla a quién la necesite.
Andrea.

Natán salió a la terraza a la hora del té, quería tomarlo con calma como todas las tardes. Por primera vez en mucho tiempo se sentía pleno y feliz. Aunque ahora no sabía cómo manifestarla, por dentro estaba seguro de aquel sentimiento que hasta hace poco había sido ajeno.

Pensaba en Betsy todo el día, esa era su vida ahora, su nuevo comienzo y su hogar. Hablaban todos los días aunque no se vieran y él esperaba el momento oportuno para mostrarle cuanto la amaba. Su abuela le había dicho que el significado más grande del amor era el sacrificio, mostrado en especial por Jesús, pero la forma en la que el hombre respondía era con el compromiso, de vivir una vida santa y apartada del mundo. Así que podía manifestar aquel amor que tan difícil era para él expresarlo por medio de un compromiso. Primero tenía que ahorrar algo de dinero para comprar el anillo, con la compra de la casa no le había quedado nada.

Vio un auto parquearse en frente de la casa. Era un auto lujoso, pensó que se trataba de algún vecino hasta que vio salir a un hombre, que caminó luego hacia el portón. Tenía la misma pinta de Brandon, con traje y lentes oscuros. Realmente lo vio muy parecido y decidió salir para asegurarse si realmente era su hermano. El hombre lo vio venir y se devolvió hasta el auto.

—¿Brandon?—habló Natán.

El hombre entró en el auto y se fue rápidamente. Natán se quedó en el portón viéndolo irse. Por un momento tuvo miedo, quizá lo del otro día había sido un drama de Brandon y en realidad había regresado a cobrar venganza.

Oró un momento y volvió a sentir alivio, no tenía por qué volver a pensar en eso, él ya había perdonado.
Sentía que faltaba algo más, aún si con Betsy parecía haber recuperado todo, una parte de él se encontraba destruida todavía. Finalmente rogando a Dios Natán lograría perdonarse a sí mismo.


Continuara...

Solo BetsyWhere stories live. Discover now