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Cuando Betsy despertó lo primero que vino a su mente fue su conversación con Natán el día anterior. Se suspendió de la cama y corrió a la habitación de su hermana que aún no despertaba. Abrió la ventana y corrió las cortinas con la emoción que la invadía.

Cogió un bolígrafo que estaba en el escritorio de Andrea y lo arrojó contra la ventana de enfrente. Quería  comprobar si el muchacho ya estaba despierto.
Natán se alistaba para salir a trabajar, cuando de pronto escuchó un golpe en la ventana de la habitación. Fue rápidamente a serciorarse de lo que sucedía, pensaba en algún animal o una rama, pero al correr la cortina descubrió la dulce cara de Betsy en la otra ventana.

—¡Buenos días!

—¿Buenos días?—respondió algo estoico.

Andrea logró despestarse al escuchar la voz de su hermana que había hablado tan animada.

—Creí que estabas dormido, disculpa lo del bolígrafo, tengo algo que decirte.

—¿Qué haces?—preguntó Andrea con los ojos entrecerrados, intentando asimilar lo que estaba pasando.

—Dime—respondió Natán desde el otro lado, todavía un poco perturbado por la acción de Betsy.

—Encontré el significado de mi nombre, ¡lo encontré!.—dijo la chica muy simpática con una risita de fondo.

—Betsy, ¿Qué crees que estás haciendo?—continuó Andrea esta vez molesta después de darse cuenta.

Betsy se giró hacia ella y le sonrió.

—¿Cómo se te ocurre hablarle por la ventana?, ¿Te volviste loca?

—¿Cuál es el problema?—se encogió de hombros —necesitaba decirle algo, nada más.

—Hay otras maneras, eso no está bien Betsy—replicó Andrea levantándose de la cama.

Betsy no quiso prestarle atención y se giró de nuevo hacia la ventana de en frente, pero Natán ya no estaba, en cambio venía caminando hacia su casa. Ella salió rápidamente de la habitación, corrió hacia abajo y abrió la puerta antes de que Natán llegara.

—Yo también lo busqué—dijo él subiendo los escalones de la entrada.

—¿En serio?, ¡increíble!—sonrió genuina frente a él—¿qué encontraste?

—Tú primero.

—No, tú primero.

—Bien...—Aceptó indeciso—tu nombre significa... Aquella que trae alegría.

Betsy se quedó en silencio un momento mirando a Natán con notable confusión en sus ojos.

—¿Qué?, ¿No sonó tan bien?—preguntó él.

Betsy tomó su teléfono y lo puso frente a sus ojos.

—Es diferente a lo que yo he encontrado.

—Leelo, quiero escuchar.—le pidió expectante.

Juramento de Dios...

—¿Qué?—se sorprendió Natán—¿Puedo ver?

Cuando ella le entregó el teléfono y leyó, volvió a mirarla muy serio antes de devolverselo.

—Te llamas Elizabeth.

—Claro, ¿Por qué?

—Yo busqué Betsy.

—¿Sí?—se rió—ese es un diminutivo, no es mi nombre.

—Ah, entiendo—se rió también, aunque de una manera incómoda.

—Pero... puedes decirme Betsy, todos me dicen Betsy.—aclaró al notar su extraña reacción.

—Sí... Bueno, me voy—se dió la vuelta un tanto avergonzado por la confusión.

—Natán—lo detuvo—Solo Betsy está bien y creo que me gusta más, el significado encaja conmigo.

Él se giró en medio del patio y le dió una sonrisa sincera antes de seguir caminando. Betsy se quedó mirándolo hasta que entró a la casa. Cerró la puerta lentamente sonriente y radiante por el reciente encuentro. Cuando apenas hubo entrado, vio a su hermana en la sala mostrando una evidente molestia.

—¿Cómo se te ocurre Betsy?, ¿estás loca?

—Pero, yo solo...

—Acabas de conocerlo—la interrumpió— le hablas por la ventana...

Betsy comenzó a subir las escaleras ignorando a Andrea quien seguía regañandola, pero Betsy no podía prestar atención, al sentir alegría todo lo demás pasaba a segundo plano.

Natán no podía sacar de su mente a la chica agradable y entusiasta, que contagiaba su alegría con una sola sonrisa. El significado de Betsy le quedaba bien, le quedaba tan perfecto que era preferible que ese fuera su verdadero nombre.

Más tarde Betsy entró de repente en la habitación de Andrea, invadida por la culpa y por haberla dejado hablando sóla en la mañana.

—Lo siento.— se acercó cariñosa y le tendió los brazos.

—Está bien—dijo Andrea respondiendo al abrazo.—pero sabes que tengo razón.

Betsy se sentó a la par de ella en la cama, como si esa conversación seguiría por un largo rato

—Hoy la tienes, pero no deberías juzgarlo así, se ve que es un buen chico.

—Veremos, que vaya a la iglesia no significa que sea un verdadero cristiano.

—Es verdad, pero...

—Pero...

—Al menos deberías darle una oportunidad Andrea.

—No me interesa, no tengo intenciones de ser su amiga, con los amigos que tengo me basta.

—Pues tampoco tienes muchos—se burló Betsy.

—¿Ah sí?—exclamó Andrea sentándose a la par de su hermana.—pero tengo novio.

—Futuro esposo—aclaró Betsy.

—Futuro esposo.

—¿Cómo vas con eso?—preguntó interesada, desviando así la charla.

—Estupendamente, ya fijamos una fecha.

—¡Ah!—gritó Betsy con las manos en la cara—¿Por qué no me lo habías dicho?

—Estabas ocupada con tu nuevo amigo.

Betsy le pegó en la pierna fingiendo molestarse.

—Bueno, es que apenas hoy lo hablamos.

—¿Y entonces cuándo te vas a casar?—siguió con más emoción.

—En tres meses.

Betsy volvió a ponerse las manos en la cara y sin contenerse de gritar.

—¿Tres meses?, ¿lo dices en serio?

—¿Crees que sea muy pronto?

—No, claro que no, es fantástico. Ya quiero ayudarte a escoger el vestido, las invitaciones, la decoración, ¡Qué emoción! Tenemos que hacer un plan lo antes posible, dónde será, quienes vendrán...

—Betsy—interrumpió Andrea—no es tu boda. Ralájate...

—Es como si lo fuera, eres mi hermana y mi mejor amiga, ¿Cómo quieres que no me emocione?

—Lo sé, pero guarda un poco para cuando sea tu turno—respondió Andrea dándole palmaditas en la espalda.

—Aún falta mucho y además estaré tan enamorada que no me dará tiempo de pensar en decoraciones ni programas.

Ambas se rieron genuinamente. Así es como eran, la una siempre apoyaba a la otra como grandes amigas y confidentes. Betsy no quiso mencionar más a Natán, sabía que a Andrea no le había agradado mucho, aunque no entendía el por qué, tampoco quiso preguntarle nada al respecto, ella estaba feliz con el tema de su boda y prefería verla siempre así.

Solo BetsyTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang