En la fila del desempleo

2.4K 448 344
                                    

No se olviden de comentar y votar :D

Llegar a casa y que mi madre me recibiera con los brazos abiertos era algo a lo que no podría acostúmbrame

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Llegar a casa y que mi madre me recibiera con los brazos abiertos era algo a lo que no podría acostúmbrame. A la ley del hielo que mis hermanas me habían impuesto: sí.

—¿Cómo te fue? Vamos, muéstramelo. —Mi madre estaba tan emocionada que la sonrisa no le cabía en la cara. Tardé un momento en darme cuenta de a qué se refería. Saqué el anillo de mi mochila y su sonrisa desapareció—. ¿Por qué lo llevas en la mochila? Eso debes llevarlo puesto siempre.

—Fui a la playa y tenía miedo de perderlo —mentí.

—No seas absurda. No vuelvas a quitártelo.

Volqué los ojos sin que me viera y me coloqué el anillo de nuevo. Mi madre era una pesada. No necesitaba ir mostrando mi anillo de compromiso a todo el mundo.

Daria y Coral abandonaron el comedor pasando por mi lado como si no existiera. Mi madre se hizo a la loca. Ella era perfectamente consciente del conflicto que tenía con ellas. Pero mi compromiso con Steve valía más.

Esperamos a que Tiago llegara y abrimos nuestros regalos de la fiesta. Algo relajado y emocionante por fin me sucedía. Recibí montones de peluches, perfumes y libros de mis amigas más cercanas que sabían que me gustaba leer. El regalo de Grecia fueron unos hermosos chocolates artesanales en forma de mariposas. A diferencia de los que mis abuelos me habían regalado, esos tenían el valor de haber sido hechos a mano por ella.

Noté la tristeza en el rostro de Tiago cuando los vio. Según me había explicado en un mensaje, esa misma tarde la había acompañado a su casa y ella la había vuelto a rechazar.

Por un momento consideré decirle la verdad respecto a Liam, luego lo pensé mejor. Si se lo decía, él perdería el tiempo peleando contra él por el afecto de Grecia, en lugar de enfocarse en ella. Así que al final, la mentira de Aaron me ayudó en mi estrategia.

******

Me sentía igual a que me hubiesen metido a una bolsa de basura y luego apaleado. No es que alguna vez me hubiera pasado eso, pero de seguro era similar.

Rodé apenas fuera de mi cama. Caminé hacia mi espejo. Como estaba casi desnuda, me fue sencillo revisar mis heridas. Tenía un enorme morete en la espalda, además de heridas que lucían como arañazos. Eso seguro por haber sido arrastrada por el pavimento. Mis manos estaban lastimadas también. Me había raspado la piel de las palmas y el de las puntas de los dedos.

También tenía raspones en mi trasero y mi muslo izquierdo. A excepción de mis manos, todo podía ser ocultado por la ropa. Al frente no se veía nada... menos en mi cuello, donde tenía dos enormes chupones que la criatura no me había causado. Ian era el responsable. Sí que se había pasado.

Tomé mi teléfono y entré en pánico al ver la hora. Ya eran las siete. Había perdido el tren. También tenía varios mensajes de Claudia, preguntándome si todo estaba bien, algunos de Evan y Alan, y llamadas perdidas y mensajes de Ian, avisándome que estaba en la puerta de mi casa. El último mensaje era de una hora atrás. Seguro ya se había ido.

TransalternaWhere stories live. Discover now