Confesiones entre hermanas

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No se olviden de dejar comentarios! los quiero!!!

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No se olviden de dejar comentarios! los quiero!!!

—¿Qué hacen aquí? no entren sin preguntar. Sobre todo tú —le reclamé a Liam, que ya empezaba a toquetear mis cosas.

—Los vimos entrar y supuse que no estabas desnuda ni nada —Aaron respondió como si nada.

—No anden espiando —les ordené.

Tiago seguía estático, sin saber qué decir, hasta que habló finalmente.

—¿¡Cómo demonios aparecieron aquí?!

—Pueden teletransportarse, no muy lejos, solo unos metros.

—¿Tú haces eso también? —me preguntó entre asustado y emocionado.

—Pues...

—No, ella viene defectuosa de fábrica—fue la respuesta odiosa de Liam.

—Solo tengo un problema de flujo de energía que una científica está solucionando —le expliqué a Tigo—. Pero si tú ves a los entes. Tal vez puedas hacerlo —consideré—¿Nunca te ha pasado? aunque no pareciera real, que solo hayas aparecido en un lugar.

—No lo creo —respondió inseguro.

—Tal vez deberías intentarlo —sugirió Aaron.

Liam y yo asentimos.

—¿Qué se supone que debo hacer? —Tiago se puso serio, esperando la misma seriedad por parte de nosotros.

—Puedes intentar atravesar la puerta del balcón —sugerí.

—Solo cierra los ojos y visualízate del otro lado, mantén la imagen fija en tu mente y camina con seguridad. En tu mente verás algo así como una cortina transparente —le explicó Aaron.

—Estoy noventa y nueve por ciento seguro que solo quieren que me choque contra la puerta— aseguró Tiago.

—Nunca sabrás si no lo intentas —lo incentivó Aaron.

—Ya sé que solo voy a hacer el ridículo —dijo entre dientes. De todas formas, se paró frente a la puerta, cerró los ojos y caminó con seguridad.

Tal como me pasó a mí, se dio de bruces contra la puerta. La hizo temblar tanto que fue un milagro que no partiera el vidrio.

Los tres empezamos a reír.

—¡Yo sabía! —nos gritó Tiago.

—No es nuestra culpa que igual hagas caso, ten más personalidad —le dijo Liam.

Si no fuera porque Tiago seguía un poco aturdido y se frotaba la nariz que de seguro se habría abalanzado a pelear con él.

Tal vez Tiago no tenía esa habilidad, o tal vez le faltaba desarrollarla. Cuando yo lo hiciera, intentaría explicarle con la paciencia y empatía que esos dos hermanos no tenían.

TransalternaWhere stories live. Discover now