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Seguí la camilla por el pasillo solo hasta la entrada a terapia intensiva. Luego me ordenaron esperar.
Me dejé caer en el asiento, secándome las lágrimas a cada momento. ¿Cómo se me ocurría confrontarlo así? Se había descompensado por mi culpa.
La suerte era que estábamos en el nuevo apartamento del área siete. La ambulancia había llegado muy rápido y lo habían llevado a un hospital en el área once. Donde estaban los mejores centros médicos de la ciudad. Tampoco había tenido que esperar o rogar por atención.
Aunque la salita era tranquila y tenía hasta una máquina de café. La sentía fría y solitaria. No supe si llamar a Ian, tal vez lo molestaba demasiado, o tal vez se molestaba porque no le había avisado.
Le mandé un mensaje, para que lo leyera cuando pudiera. Avisándole que estaba en el hospital y que no se preocupara. De nada sirvió. Como quince minutos más tarde las puertas de cristal de la sala de espera se abrieron y él las atravesó.
—¿Qué pasó? —llegó directo a preguntarme.
—Le cuestioné sobre mi hermano, se alteró mucho y se descompensó. No debí preguntarle nada. Se puso así por mi culpa —expliqué entre sollozos.
—No es tu culpa. Él está enfermo, esto puede pasar en cualquier momento. —Me abrazó fuerte y me depositó un beso en la cabeza. Con él a mi lado, todo era más fácil.
—No era necesario que vengas. Seguro tienes mejores cosas que hacer.
—Sophie no digas tonterías. Nada es más importante que estar contigo. Todo va a salir bien. Solo... confía ¿sí? —Se separó para mirarme a los ojos y nos sentamos juntos—. ¿Te llegó a decir algo, sobre Dylan?
—No mucho. Él sí sabía de su existencia y de su muerte y me dijo que todo había sido su culpa... si sale de esta ya no sé si preguntarle.
—Está bien, que mejore y tú decides qué hacer.
Esperamos juntos por espacio de dos horas hasta que finalmente una doctora, de las que había entrado con mi padre salió a darme explicaciones.
—¿Tú eres la hija del señor Nicolás Jensen?
—Sí, ¿cómo está?
—Estable. Nos mandaron su historial médico, estuve revisando y él estuvo internado hace una semana. ¿Por qué lo retiraron?
—Yo...—No me animaba a decirlo, me daba mucha vergüenza explicarle a la doctora que había solicitado el alta de mi padre porque no tenía dinero para pagar el hospital.
—Fueron motivos personales —Ian respondió por mí.
—No debieron sacarlo. Afortunadamente está estable. Revisé sus tratamientos pasados. Vi que recibió quimioterapias y se le recomendó una cirugía hace un año. ¿Por qué no se la hicieron? — me interrogó, yo de nuevo no me animaba a mirarla a los ojos.
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Transalterna
ParanormalMaya y Sophie son la misma persona viviendo dos vidas diferentes. ¿Ambas vidas son reales?¿una es un sueño? Ella no lo sabe, lo único que sabe es que no está loca y pronto descubrirá si hay más gente como ella viviendo en dos realidades alternas.