Epílogo

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La ciudad de Valermo no estaba tan mal

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La ciudad de Valermo no estaba tan mal. Esa ciudad pequeña se había convertido en mi hogar los pasados dos años.

—Gracias por tu compra —la amable vendedora de la pastelería me dedicó una sonrisa. Le respondí con un gesto de cabeza.

Era la última compra que realizaría ese día. Recibiría visitas al día siguiente y quería tener al menos pan y leche para ofrecerles en el desayuno.

Más de cuatro años ya desde la última vez que había visto a Grecia y Tiago. Después de la noche del eclipse, el laboratorio de Londres entró en caos. Algunos de mis hermanos habían aprovechado para desertar y mis amigos habían hecho lo propio. Buena decisión.

De momento, a mí me habían dejado tranquilo, no estábamos seguros de si sabían dónde vivía, o si habían hecho el esfuerzo en ubicarme. De todas formas, prefería mantener el perfil bajo. No había nada que quisiera con ellos.

Una vez al año, Ann me daba encuentro y me pasaba información de la dimensión T51. Nadie sabía que ella se reunía conmigo, tampoco que aquella noche, donde todo había sucedido, ella había hecho todo lo posible por ayudar a Sophie, incluyendo matar a Marcus.

Tomé asiento en la banca de un parque y observé mi celular.

Ann vino con disimulo, llevaba gafas de sol y un atuendo veraniego.

Se sentó en la misma banca a cierta distancia.

—Me alegra verte —le dije.

—A mí también. ¿Cómo estás?

—Ahí, sigo siendo el sujeto triste que vive con su gato y maneja un estudio de tatuajes.

—Y es lo que debes hacer. Así no llamas la atención.

—Dime qué sabes de Sophie —fui al grano.

Ella permaneció en silencio, pensando qué responderme.

—Todavía no sé nada de ella, ni de Daniel. Después de desconectar las capsulas en el laboratorio desaparecieron. Su familia no la está buscando, así que saben dónde está. Deben estar ocultos, tal vez en el extranjero

—Lo entiendo, pero necesito saber de ella. Al menos pasarle un mensaje. Seguro me odia y... —Suspiré—. Ella debe entender por qué le oculte ciertas cosas.

—Es una chica inteligente, seguro lo entiende. Haré lo posible por localizarla o acercarme a su padre. Su empresa está dominando el mercado de telecomunicaciones en Scielo1, desde que nuestro padre entró en coma que las acciones de la compañía se desploman.

—¿Él sigue en coma?

—Sí, o algo así. Creemos que al desconectarlos, tu conciencia quedó atrapada en este cuerpo, pero la de nuestro padre se perdió en el espacio interdimensiones. Tu cuerpo sigue intacto, por si quieres saberlo. Tiene signos vitales.

TransalternaWhere stories live. Discover now