ROMANCING, han seojun

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chapter fourteen ━ 𖤍

Ese día de clases había terminado con Miyeon bajándose una vez más en la parada de Jugyeong, pero solo la acompañó hasta la puerta, antes de caminar lentamente de regreso a su propia casa. Eunjoo le había servido la comida en su habitación, por lo que Miyeon había pasado la noche sentada en su cama, sin hacer nada en particular.

─Miyeon, ¿puedo conseguir tu ayuda? ─la chica Hwang había abordado el autobús solo para ser bombardeada instantáneamente por la pregunta de Jugyeong, quien parecía preocupado. Sentada a su lado, Miyeon balanceó su bolso en su regazo.

─¿Qué pasa? ¿Fue algo que ver con Suho? Te vi haciendo todo tipo de recados para él ayer, pero si te está pidiendo que hagas algo extremo, entonces no tengo ningún problema en intervenir, no somos amigos, así que no tengo nada que perder por- ─Miyeon dijo rápidamente, hasta que Jugyeong la detuvo rápidamente.

─No, no, se trata de Seojun ─corrigió Jugyeong, con los ojos como platos cuando vio que la expresión de Miyeon se oscurecía un poco, recordando qué tipo de reputación tenía Seojun─. Nada malo... una especie de... ¿recuerdas que te hablé de su casco?

─Oh, sí, ¿está pidiendo una compensación por que te escapaste con él? ─Miyeon se había enterado de las circunstancias exactas un par de días antes─. Ese idiota, debería estar feliz, realmente debería dejarte explicar primero.

Se interrumpió y Jugyeong se rió, la sonrisa se desvaneció mientras relataba los eventos de anoche. Llegó a casa y subió a su habitación a buscarlo para poder llevarlo a la escuela al día siguiente, solo para descubrir que su hermano lo había vendido.

─Oh, ya veo... ─Miyeon se mordió el labio─. ¿Dices que planeas decírselo esta mañana? Esperaré para asegurarme de que no haga nada ─frunció el ceño. su motocicleta. Como muchas veces su mamá y yo le hemos dicho, él no dejará de usarla. Es una trampa mortal, especialmente cuando se mete en tantos problemas mientras está en ella.

─Así que realmente necesito recuperarlo ─suspiró Jugyeong─. ¿Lo ha estado montando sin casco? ─preguntó ella, con los ojos muy abiertos. Miyeon hizo una pausa, recordando cuando se topó con Seojun la noche anterior.

─Creo que sí, pero no creo que haya estado yendo a la escuela ─llegó a la conclusión justo cuando el autobús se detuvo, y las dos se bajaron, caminando por el sendero, esperando en la cima para Seojun y su grupo─. ¡Ahí! ─Miyeon señaló─. Esperaré aquí ─se sentó en un banco, ahuyentando a Jugyeong─. Vamos, estarás bien.

Jugyeong asintió con la cabeza y se acercó al grupo de amigos, deteniéndose frente a Seojun─. Uh... yo ─comenzó, jugueteando con la hoja de papel en sus manos.

─No hay forma de que hayas doblado mi casco y lo hayas traído en tu bolsillo ─la voz del chico estaba llena de sarcasmo, y Miyeon negó con la cabeza.

─No puedo decirlo en voz alta, así que... ─dijo Jugyeong, antes de guardar la hoja de papel en el bolsillo de la chaqueta de Seojun─. Aquí. Léelo después de que me vaya, ¿de acuerdo? ─dijo, antes de salir corriendo rápidamente, pasando volando junto a Miyeon quien miró por un momento, mirando hacia atrás a Seojun y su grupo de amigos -quienes estaban encantados de que fuera una forma de carta de confesión- antes de correr tras ella.

Finalmente dejaron de correr cuando llegaron a las escaleras y subieron lentamente─. ¿Cómo crees que lo está tomando? ─Jugyeong preguntó, luciendo nervioso.

─No lo sabría exactamente, pero supongo que estaba temblando de ira por tu carta, luego se molestó más con los chicos que le gritaban que la leyera ─le dijo Miyeon, mientras llegaban al pasillo y caminaban hacia su salón de clases─. Estarás bien. No lo parece, pero no haría daño a una mosca, a menos que la mosca se lo merezca. Lo cual tú no. Él guarda la violencia para las cosas que la necesitan, como una pelea con esos tipos cuando originalmente obtuviste su casco ─divagó levemente, tratando de hacer que Jugyeong se sintiera mejor.

Le devolvió la sonrisa y jugueteó con su brazalete mientras entraban al salón de clases. Instantáneamente, Jugyeong fue llamado por Suho, y con los ojos muy abiertos, Miyeon dejó a la chica Im y se dirigió a su escritorio─. Eso es algo en lo que no me voy a involucrar ─murmuró para sí misma, deslizándose en su asiento y golpeando con las uñas el escritorio. por un momento, esperando que comience el día.

Y con suerte no implicaría más tratar de averiguar cómo Jugyeong recuperaría ese casco. Porque considerando que se había vendido, parecía bastante imposible.