XX. La Tercera Guerra Mundial.

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Marihela

La resaca aquel tuvimos el jueves no nos dió ni para levantarnos. Bueno yo en particular no me quería levantar porque estaba muy cómodo en los brazos fuertes que me agarraban. Me desperté antes. Todo me llegó modo Flashback de todo lo que hicimos. No podía creer que me volví tan descarada. Aprendí mi lección. Beber me calienta como microondas. Beber y estar cerca de Dylan implica a tener cerca una cama. Aunque bueno. Tampoco es que aprovecharamos la cama. Tengo dos emociones gracias a su rechazo. Uno, es frustrante. Nunca le e dado muchas vueltas al asunto de cómo perdería mi virginidad, pero ese día si estaba dispuesta. Me gusta, quizás más que eso. Me atrae físicamente. Me cuida. Es protector y trae una arrogancia junto con un ego que por más extraño que parezca, me gusta. Por otro lado la siguiente emoción era... No se. Me gusto que en cierta parte quiera ser algo más que un ligue antes de follar.

Pero me recuerdo de como me tocó, como me besó y me hace desearlo. Quiero que sus labios estén sobre los míos a cada segundo... Es embriagador. Él es embriagador. Por otro lado, no lo quiero tan cerca, siento que con un simple toque querré más de él como la avariciosa de su cercanía que soy.

El dolor en el vientre vuelve más doloroso.

<<Hijo de puta día de mierda>>

La menstruación no es lo peor del mundo. El hijo de puta dolor es lo peor del mundo. O bueno, depende de la mujer y como yo estoy salada, a mi me viene con un dolor infernal. Una cosa muy interesante es que a Rebecka, Vanessa y a Valentina les llegó el mismo día. Se sincronizo la desgraciada.

Estoy acostada en el mueble como alma que lleva el diablo. Tengo una manta térmica cubriendo el vientre para ver si calma el dolor, pero no sé si ya estoy volviendo loca y alucinando porque me duele más con la manta.

Valentina está en mí cuarto, creo que leyendo. Rebecka esta acostada en el mueble una cara que te deja muy bien dicho “Si me miras te aniquiló”. Vanessa por su lado está tirada en el sofá como un saco de papas.

Tocan la puerta, soy la que está más cerca. Como hoy es sábado no hay clases por lo que no me sorprende que sean los chicos. Abro la puerta de malas y efectivamente me encuentro con los chicos. Dylan, Daniel,  Sebastian y... Hasta Salvador.

Claramente se el interés que tiene por Nayely que vino hasta acá. Me cayó bien por lo que no tengo problema alguno. Los chicos miran si entorno. Me tiró nuevamente en el mueble como hace minutos.

–¿Que pasa? –Se atreve a preguntar Salvador.

–Pasa qué a todas nos llego la puta menstruación de mierda, ¿Algo mas qué quieras saber? –Con pocos minutos de sus llegada me di cue ta que se vuelve intensa cuando le llega.

–Conteo rápido. Val está en mi cuarto leyendo. Rebecka... bueno, ya se dieron cuenta como está. Vanessa creo que quiere ser hombre en este momento y yo tengo cólicos, es decir, no me hablen, no me miren, ni me piense ¿Entendido? –Les informo. Dylan sonríe como si estuviera exagerado causándome más cólicos –¿Que? ¿Te parece divertido? Porque si quieres te doy una patada en donde no te pega la luz para que te rías con ganas –Parpadea en sorpresa, pero me vale verga.

Tengo dolor y no soporto a nadie.

–Voy hacer sopa –Daniel se va a la cocina –Antes que causen la tercera guerra mundial. Yo no quiero estar presente.

Sebastián se acerca a Vanessa ·¿Estas bien?

–No.

–¿Puedo hacer algo para ayudarte?

–No. Si quieres ayudar tráeme algo dulce y piérdete de mi vista, cuando te den tres patadas seguidas en las pelotas voy y te pregunto si puedo hacer algo

Serendipia #1 [Completa✓] Where stories live. Discover now