Epilogo 2/2

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Dark Paradise - Lana del Rey

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Marihela.

Un año después.

Un año más de vida.

Me levanto de la cama estirándome. Suspiro y veo el entorno de mi cuarto. Veo la ventana notando que es de día. Bajo la mirada al la franela que llevo puesta y veo mi cama vacía.

Mi bendito gusto culposo es dormir con sus franelas. Ya no debería, pero son tan cómodas y siguen teniendo a lo lejos ese olor a coco junto a su colonia de personal. Es inevitable no disfrutar su aroma. Me acostumbré tanto a él. Hasta para dormir.

Parezco masoquista recordando estás cosas. O bueno. Soy masoquista. Ya de eso me di cuenta. Tomo el teléfono de la mesa de noche antes de levantarme por completo. Veo los diez mensajes de mi madre junto los cinco de mi padre.

Hablando de los susodichos.

Contesto el teléfono con la videollamada que me cae de los dos.

–Bendición –Pido con una sonrisa.

Mi mamá pega un grito en cuanto sus lindos ojos se posan en mí.

–¡Feliz cumpleaños mi vida!... ¡Ya cumpliste diecinueve!

–Gracias mami...

–¿Cómo esta mi niña? –Habla mi padre.

Sonrío.

–Bien –Hablo con mi actual voz, calmada y controlada –De hecho me acabo de despertar...

–¿Qué hora es allá?

Reviso el teléfono...

–Ocho y media de la mañana... ¿Por?

–Por nada... ¿Hace cuanto fue que dejaste el trabajo en la tienda?

Lo pienso.

–Un mes.

Con mi nuevo trabajo no es necesario. Trabajar por mi propia cuenta me resultó mejor de lo que pense. No me va para nada mal.

–¿Y como estan los chicos? –Pregunta mi padre. A este punto ya parece que los adoptó

Sonrío.

–Val esta bien al igual que Daniel. Nayely de maravilla con Salvador, pelean un poco, pero se las arreglan fácil... Rebecka esta excelente... Aún sigue yéndose todos los fines de semana con sus novio... –Hago una mueca –Todavía no tenemos ni idea de quien puede ser –Yo si lo se, pero son pequeñeces.

–¿Y sabes algo de Dylan? –Pregunta mi madre con toda inocencia.

Escuchar su nombre en este preciso día me cae con un tono de alguna fría. Atrayendo recuerdos que no deseo. Recuerdos que sin muy lindos y sobre todo, recuerdos que duelen.

Creo que este es el peso de jamás haberles dicho lo que de verdad pasó. Los conozco y no sé cómo hubieran reaccionado si le hubiera dicho la verdad de nuestro “rompimiento”

Ante los ojos de ellos terminamos en buenos términos porque se tenía que ir a Francia y no queríamos una relación a distancia. Fin.

Mentiras. Puras mentiras...

Yo no sé si yo le llegue a importar en algún momento o si solo fue un juego. Pero lamentablemente mi corazón lo sigue queriendo y mi cuerpo lo desea a pesar de estar con otros hombres... Nadie me causa el mismo placer que él hace en mi y detesto que tuviera razón en algo. Nadie me va a hacer sentir como el lo hizo en su momento. Ninguno me causa la mínima sensación que sus caricias, roces y besos desbordaban en mí cuerpo cuando el me tocaba.

Serendipia #1 [Completa✓] Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu