XXX. A Venezuela.

18 4 0
                                    


Dylan.

Veo a mi Pervertida entre mis brazos durmiendo plácidamente. Sonará de acosador, pero me fascina verla dormir. Se ve tan calmada y tranquila. Parece una princesa en un profundo sueño dónde disfruta del placer de descansar con tranquilidad.

Una sonrisa se forma en mis labios al recordar el baile. Como su cuerpo se movía de una manera tan seductora y pícara me era fascinante. Me estaba bailando a mi. Ese dichoso baile logro encenderme en menos de nada. Ver sus movimientos descarados para mí. Cómo movía sus caderas al song de la música. Era una fantasía cumplida que no sabía que tenía. La noche fue productiva para ambos. Disfrutamos del otro con unas ganas insaciables. Me la devoré con todas las ganas que mi cuerpo le tenía. Las cuales eran muchas. Sin embargo me seguía recordando no hacerlo tan brusco. A pesar de que se que le gusta duro no sé si aguanté o le guste mis formas. Por ende me quedo con lo que le causa placer sin lastimarla. Cuesta aguantar, pero se logra el cometido.

Me levanto con sumo cuidado de no despertarla. Poso su cabeza con mucho cuidado en la almohada. Dejándola reposar. Para mí suerte no se despierta. Gracias a Dios ayer traje ropa. Vine a buscar a Marihela suponiendo que estaba aca. Me tomé la atribución de traer ropa para no tener que estarme yendo apurado al no tener con que vestirme. Busco un jogger junto con una franela holgada. Voy al baño donde ya hay un cepillo mío. Al terminar paso por la cocina para hacer el desayuno. Pasan unos cuantos minutos para que la puerta de Venessa se abra mostrando a Sebastián. Lo miro sin sorprendeme mucho posando una sonrisa.

–Se despertó la bella durmiente –Afirmo con diversión.

Me da una mala mirada para luego pasar al baño. Yo sigo con el desayuno para cuando sale Sebastian.

–¿Dormiste bien? –Sonrío –Mejor dicho ¿Dormiste?

–Idiota. No me la folle.

–Ajá. Si claro y yo no tengo dinero.

Aprieta la mandíbula.

–Cállate.

–¿Crees que no se escucha los ruidos a través de la pared?

–Lo mismo digo –Me mira mal.

–Por lo menos yo no niego lo que estaba haciendo... Aunque debo admitir que admiro tu paciencia para aguantarla.

–No es tan mala como parece. Si. Tien Edu carácter. Es chocante e incluso déspota pero se le pueden conseguir cosas buenas. Es atenta, linda, cariñosa, amable...

–Ella es la demostración misma de la frase Nadie es igual como pareja. Literal me estás describiendo a una persona completamente diferente a la que ella muestra.

–Es complicada –Acepta –Pero es una increíble persona.

Me encojo de hombros.

–No te discuto eso. Por algo te has de haber interesado en ella.

Sigo en lo mío desinteresadamente. Marihela sale tranquilamente de su cuarto. Sonrío al ver que usa una camisa mía. Va al baño y después se asoma en la cocina frotando sus Li dos y adormilados ojos.

–Pervertida –La atraigo tomándola de la cintura y pegándola a mi –Buenos días –Le doy un beso el cuál recibe gustosa. Me envuelve en sus brazos –Así que usando mi ropa –Susurro.

–Lo siento ¿Te molesta qué la use? –Se ve un poco avergonzado. No puedo evitar deretirme ante su ternura.

–Para nada, se te ve mejor a ti que a mi.

Le doy un beso rápido para servirle el desayuno.

****

Cómo es sábado nos vamos a que Nayely al no tener nada que hacer. Hablamos la mayor parte del día de trivialidades. El teléfono nos suena a casi todo al unisono. Absolutamente todos fruncimos en ceño. Nayely y Salvador quienes son los únicos que no les sonó. Nos miran expectantes.

Serendipia #1 [Completa✓] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora