Siempre mía, Caperucita.

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Dominick

<< ¿Me odio? >> Puedo decir que si... Me odio porque se el dolor que le cause a la única persona que he amado... a la única persona que me a encantado. Pero me odio y me odiare incondicionalmente por dejarla... por no estar para ella como siempre dije que lo estaría.

Se que no tuve decisión en mi partida y que no pude hacer nada, pero no le pude decir la verdad como lo tenía planeado esa noche. Claramente mis opciones fueron limitadas. Esa puta noche de mierda era el la que le iba a decir las cosas. Me presentaría como debe ser. Y sería mi novia como debe ser, pero no. Mi padre tuvo una idea completamente diferente.

Esa noche le iba a decir que soy Dominick Moreck y no Dominick Montreal. Muchos dirán que fue una idea estúpida cambiar mi apellido y puede que tengan razón, pero no entenderán mis motivos y no voy a perder el tiempo explicándoselos.

Tomo aire y abro la puerta sacando una de mis mejores sonrisas. Mis ojos por instinto la buscan hasta encontrarla sentada inmersa en sus cosas.

–Reinas –Saludo alegre al ver a las otras chicas cerca.

–Lord –Me saluda Mare con una sonrisa.

Debo admitir que adoro a esa chica. Tiene un temple que no lo tiene cualquiera... No niego que desde que la conocí hay algo rondando en mi cabeza dónde me dice que tanta felicidad no es verdadera. Siento que hay algo más allá de sus sonrisas. Hay ciertas actitudes de ella que no son compatibles con su controladora y atenta mirada. Parece que toda la felicidad y euforia jovial que muestra no llegara a sus ojos. Porque al verlos solo noto carácter, temple, fuerza, destreza y hasta puedo llegar a decir que frialdad.

–¿Qué haces aquí? –Escucho nuevamente su voz sacándome de mi mente.

–Voy a terminar unos meses que me faltan que no pude terminar en Grecia –explico sin quitar la sonrisa.

Mis ojos no evitan buscar su figura entre la gente queriendo apreciar su belleza. El cambio es notorio. Obviamente ya no es la misma chavala que conocí hace años. Se ve mayor, mucho más madura que tiempo atrás. Le doy un rápido análisis recorriendo sus piernas delgadas y esbeltas. Una sobre la otra dándole un toque clásico y hasta empoderado. Por otro lado está su largo cabello negro con puntas descoloridas que cae por sus hombros. Sin embargo lo que más llama mi atención es su hermoso rostro.

Sigue teniendo ese algo que es tan angelical y poderoso a su vez. La belleza es algo que le sobra a esta mujer. Entre su cuerpo esbelto y delicado junto su rostro es la combinación perfecta para deslumbrar a cualquiera y como siempre de primero estoy yo. Encantado con ella y todo lo que está a su alrededor. 

Es imposible no verla. Sería una tortura no tenerla en tu radar a cada segundo. Es inevitable no admirar su belleza.

Sus ojos me lanza dagas que admito causan cierto dolor, pero no dejo que su déspota mirada apague mi sonrisa. Al final es imposible no sonreír cuando tienes a la mujer que amas en frente.

Aunque admito que me mata no verla sonreír. Su seriedad me es enloquecedora. Quiero verla sonreír como antes. Cómo cuando yo hacía cualquier estupidez para lograr esa risa cautivadora y modesta de su parte. Hacer idioteces al azar para sacar esa risa desbocada que solo yo lograba escuchar cuando quería verla relajada fuera de esa máscara de perfección que conozco de primera mano.

–Hola, señor Moreck –Volteo al escuchar la voz de una mujer, pero mi gesto queda a medias cuando noto un leve gesto en la pelinegra que llama mi atención.

Frunce el ceño y a pesar de todo no creo que sea por mí. De eso se encarga sus miradas de odio y su “indiferencia”. Intenta disimular un odio que no siente... O por lo menos no del todo porque solo es necesario ver sus ojos. Solo eso. La ventana de su alma para ver qué debajo de tantas capaz de rechazo está ese leve brillo que me demuestra lo que le importa mí presencia.

Serendipia #1 [Completa✓] Kde žijí příběhy. Začni objevovat