XLI. Aclarar

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Dylan

Salgo del edificio para ir en busca de mi Pervertida en su trabajo. Voy al estacionamiento. Me detengo al ver a una chica que reconozco a la perfección apoyada en mi carro con la mirada perdida en su teléfono.

–¿Qué quieres? –Hablo tajante.

Sube la mirada para toparse con mis ojos y podar una hermosa sonrisa.

–Hostia, pero que lindos modales los tuyos. Solo pasaba por aquí y quise hablar con mi antiguo amado.

Me empiezo a reír con burla.

–¿Amado? –Hablo entre risas –Okey, Ligia, ya dime que quieres.

Rueda los ojos.

–Vine advertirte.

Frunzo el ceño.

–¿Sobre?

–Tú novia.

–Ay no, no voy hacer esto –Abro la puerta del carro haciéndola a un lado –Chao y que te valla bien en la vida.

–¿No me piensas escuchar? –Me mira mal.

–No –Enciendo el carro.

–Ella no te ha visto... –Volteo para verla –No ha visto todo lo mierda que puedes ser porque solo le haz mostrado el Dylan bonito... ¿Qué piensas que va hacer cuando sepa como eres o eras?

La miro... Pero la conozco, si yo soy una mierda ella es peor. Marihela la ha humillado a más no poder. Aunque ella sola da motivos de humillación.

Sonrío.

–No voy a caer.

–Va a ir con otro –Me ignora –Te va a dejar. Va a conseguir a alguien mejor... por Dios, todos sabemos la reputación de Dylan Rojas... después de mí te volviste un imbécil de mierda... sabes perfectamente que cualquier persona se lo puede decir y te puede terminar.

La analizo. Se como es y se perfectamente que después de todo lo que le hemos dicho no nos va a ayudar.

–¿Por qué según tu "me adviertes"?

–Por que aunque no lo crees todavía te quiero y te tengo aprecio –Cambia sus facciones mostrando una falsa inocencia que ya me conozco.

Ella solita se jodío con sus palabras por varias razones. Uno, ella nunca me quiso. Dos, no me aprecia y tres, como ella lo dijo. Sabe perfectamente todo lo mierda que yo puedo llegar a ser, pero también se todo lo mierda que ella puede ser.

Sonrío.

–Manipula a otro porque aquí no tienes presa para echar tu veneno.

El rostro se le desfigura al instante colocando una mueca.

–Eres un...

Arranco con una sonrisa viendo al frente. A veces adoro ser un Gilipollas.

Manejo por varias calles antes de dar la vuelta en una y ver a mi chica parada. Ruedo los ojos al ver que está hablando con otra persona.

<<Volvimos con Andrés>>

Estaciono al otro lado de la calle como es de costumbre, pero ella no parece darse cuenta ya que está escuchando lo que él idiota le dice. Me bajo y veo como el imbécil le agarra las manos. Mare luce estática. No se mueve. Doy un paso para cruzar la calle y me quedo inmóvil viendo como el gilipollas se acerca juntando sus labios con los de mi mujer. Mi primer instinto es irle a parti la cara, pero no soy capaz de ellos porque me quedo esperando que ella se aleje y no lo hace. Una presión se acumula en mi pecho al ver que no se mueve

Serendipia #1 [Completa✓] Where stories live. Discover now