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Luego de confesarle que soy huérfana, Jennie se quedó completamente callada. Se levantó de mis piernas en silencio y comenzó a ordenar sus cosas en el consultorio, después hizo unas cuantas llamadas en su teléfono y finalmente me extendió su mano para que la tomara.
                     
Salimos de su consultorio, cerró con llave y finalmente caminamos hasta la recepción, donde se despidió de la recepcionista - quien me miró frunciendo el ceño al verme de la mano con Jennie -, después salimos del hospital en dirección al estacionamiento, donde estaba su auto estacionado. Desactivo la alarma y después quitó los seguros para que pudiéramos entrar, y fue así como me soltó la mano.
                     
Sin decir una sola palabra me subí al auto en el asiento del copiloto y después saqué mi teléfono para mandarle un mensaje a Lisa diciéndole que no me esperara y se fuera a casa con Luca tan pronto saliera de la consulta.
                     
Lisa arrancó el auto en silencio y comenzó a conducir por las calles de la ciudad. Al principio estaba un poco confundida por no saber a dónde íbamos, pero después de ver un letrero de "Disfrute su viaje" supe que estábamos saliendo de Nashville.

Estuvimos aproximadamente unas dos horas y media en el auto. Pasamos una caseta de peaje y finalmente Jennie estacionó el auto en un hotel llamado "Eternal".
                     
Tenía su mano derecha apoyada en el volante y la izquierda en la palanca de cambios. Tenía la mirada pérdida hacia enfrente, como si estuviera viendo la entrada del hotel. Suspiró lentamente y estiró su mano izquierda para apagar la radio, después la volvió a situar en donde estaba antes.
                     
- ¿Cariño, estás bien? - me atreví a preguntarle, necesitaba saber si estaba así por mi culpa.
                     
Cuándo le confesé hace unas horas atrás que era huérfana, no esperaba que reaccionara de la forma en que lo hizo. Creí que me llenaría de preguntas pero en cambio parecía estar en una especie de shock.
                     
- ¿Tú lo estás? - volteó a verme finalmente luego de horas evitando cualquier contacto visual conmigo.
                     
- Estoy un poco preocupada por ti. - admití mientras estiraba mi brazo para tomar su mano izquierda que estaba posada en la palanca de cambios - ¿Quieres que hablemos un rato? Necesito saber que tienes.
                     
- No lo sé. Pero bajemos, hay que rentar una habitación, ya está empezando a anochecer y no vamos a dormir en el auto, es incómodo.
                     
Asentí. No entendía muy bien que estábamos haciendo aquí, pero estaba un poco tranquila solo por el hecho de que estaba con Jennie.
            
Entramos al hotel y nos registramos. Jennie pidió solo una habitación, pero eso no me sorprendió mucho, lo que me sorprendió fue que no era una habitación con doble cama.
                     
Subimos las escaleras hasta llegar al tercer piso y después caminamos por el pasillo levemente iluminado hasta que estuvimos frente a la habitación número 34. Jennie me entregó la llave pidiéndome que entrara y me pusiera cómoda porque ella iría a hacer una llamada más para avisarle a su padre dónde estaba.
                     
La habitación era acogedora, no era la gran cosa, pero tampoco era una porquería. Las paredes estaban un poco desgastadas, sin embargo no se notaba mucho eso a menos que miraras de cerca. Había una cama matrimonial con sábanas color crema y una televisión mediana frente a ella.
                     
También había un baño y un pequeño clóset. El baño estaba limpio a comparación de muchos hoteles en los que yo había estado antes, como por ejemplo ese hotel en Ámsterdam que tenía manchas de sangre en los azulejos, o aquel pequeño hotel de carretera que había en las afueras de Brasil, el agua que salía de su regadera era más bien lodo.
                                                        
- ¿Te pusiste cómoda? - preguntó Jennie entrando a la habitación.

- Solo me quité las botas. Estaba revisando el lugar. - contesté.

- ¿Y qué tal?

- Está muy mono a pesar de lo barata que está la habitación. - caminé hasta ella y la tomé de la mano llevándola hasta la cama - Tenemos que hablar.

- Lo sé. - dijo - Quiero que me cuentes tantas cosas, Chaeyoung, pero no quiero lastimarte haciéndote recordar tu pasado con mis preguntas tontas. - acarició mi mejilla.

- Puedes preguntarme lo que sea, cariño. No te angusties, ya soy inmune al dolor. - traté de sonreír.

- ¿Por qué no me dijiste que eras huérfana, Chaeyoung? - suspiró - Pudiste evitar que te estuviera acosando con preguntas de tu familia todo este tiempo. Estoy tan apenada contigo.

- No es como si fuera por la vida diciéndole a todo mundo que no tengo padres. - reí un poco, pero mi comentario no le hizo mucha gracia a ella, así que me aclaré la garganta - Es algo que no tiene mucha importancia. - traté de sonar convincente.

- ¿En serio?

- Sí. Digo, no he tenido una mala vida. - le aseguré - Lo único que he tenido es un poco de soledad, pero he lidiado muy bien con ella desde los nueve años. Antes de esa edad sólo estaba concentrada en porqué diablos mi padre me había abandonado.

- ¿Te abandonó?

- Bueno, algo así estaba en los papeles que guardaban las monjas en mi expediente. - tomé una de las muchas almohadas que habían en la cama para ver qué tan suaves estaban.

- ¿Monjas? - me quitó la almohada para que le prestará atención.

- Estuve en un orfanato hasta los nueve años. No fue muy malo, pero no era un lugar que me hiciera feliz.

- Estoy tan confundida. Por favor, cuéntame desde el principio.

- Ok, pero hay que acomodarnos mejor en la cama, ¿vale? no quiero que me dé dolor de espalda. - ella asintió.

Nos levantamos y empezamos a quitar las almohadas extras que habían en el colchón, después de acomodarlas en el suelo yo levanté las sábanas y antes de acostarme apagué la luz. Me metí dentro de la cama y gracias a la luz de la luna que se colaba por la ventana, pude ver la forma en la que Jennie estaba mordiendo su labio inferior. Al parecer estaba nerviosa, y lo entendía, digo, después de todo está iba a ser la primera vez que dormiríamos juntas.

- ¿Entras? - pregunté tratando de sonar lo más casual posible para no asustarla - Está muy cómoda, vamos.

- Esto es un poco raro. - murmuró cuando ya estaba a lado mío en la cama - ¿No crees?

- No, no realmente. Es raro si piensas que es raro, así como lo de sentarte encima mío. - expliqué.

- Ok. - suspiró - ¿Me vas a contar?

- Sí. - me atreví a pasar mi brazo por encima de su cabeza, por un segundo creí que se alejaría de mi, pero más bien se acomodó más cerca de mi cuerpo, a tal punto de apoyar su cabeza en mi pecho - Mi expediente decía que mi madre había muerto en el parto. También decía cómo los médicos y enfermeras esperaron dos días enteros para que apareciera el hombre que llevó a mi madre al hospital para que recogiera el cuerpo de la zona forense y también reclamará sus derechos como mi padre, sin embargo nunca llegó.

it girl [chaennie]Where stories live. Discover now