37.

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- ¿De qué diablos está hablando? - pregunté enojada alejándome de la mujer que estaba frente a mí hablando puras estupideces - ¿Cómo sabe lo del orfanato?
                     
- Deja de hablarme de usted, es un poco molesto. - rodó los ojos - Y lo sé porque mi mamá no paraba de hablar de eso desde que se enfermó.
                     
- ¡Deja de decir cosas que no sé y explícate! - le grité
                     
- Tu madre nunca murió. - mi corazón comenzó a latir rápidamente, mis piernas temblaron un poco y apuesto mi vida entera que en estos momentos estaba más pálida que una hoja de papel - Al menos no hasta hace poco. - rió - Somos hermanas, Roseanne.
                     
- ¿Q-q-qué?
                     
- Alice, no creo que esa sea la forma de decirle todo. - habló el maldito canoso que me obligó a venir a este jodido lugar de mierda para escuchar puras mentiras sobre mi vida y de la vida de una señora que jamás en mi vida conocí - Debes de explicarle bien las cosas a tu hermana.
                     
- Ella de todas formas lo iba a saber, la forma en la que le cuente las cosas no cambia nada. - acomodó su cabello - Mi madre sufrió de algo muy raro cuando naciste, así que los doctores la dieron por muerta. - se acercó nuevamente a mí, pero me volví a alejar de ella - No muerdo, no actúes como una estúpida. - bufó de mala gana - Al parecer el ex marido de nuestra madre era tan valiente que tan pronto como le dijeron que ella había muerto huyó del país y las abandonó a ambas.
           
- Cállate. - pedí respirando con dificultad - Cállate, por favor.
                     
- ¡Tienes que saber la verdad, Roseanne!
                     
- ¡No quiero saberla! - grité
                     
- ¡La sabrás de todas formas, quieras o no quieras! - caminó rápidamente hasta la puerta y la bloqueó para que yo no pudiera pasar - ¡Mandaron a nuestra madre a la zona donde estaban los médicos forenses para hacerle una autopsia, pero ella despertó!
                     
- ¡Cállate!
                     
- ¡Despertó cuando te habían mandado a un maldito orfanato!

- ¡Cállate! - grité más fuerte llevando mis manos a mis oídos tratando de tapar el sonido de su voz.
                     
- ¡Mis abuelos se enteraron y fueron por ella, le dieron dinero a los médicos para que no dijeran nada y luego se mudaron aquí a Washington! ¡Ella te abandonó aún sabiendo que te habían mandado a un orfanato! ¡Sabía de tu existencia y aún así te abandonó!
                     
- ¡Cállate, maldita sea! - caminé rápidamente a paso firme decidida a golpearla sin importarme las consecuencias, pero el bastardo canoso me tomo de la muñeca y me detuvo - ¡Suéltame!

- No hagas nada de lo que puedas arrepentirte. Te recuerdo que estás en un lugar donde fácilmente podemos condenarte toda tu vida a prisión. - habló mientras escuchaba la risa de la mujer que estaba unos pasos de nosotros.
                     
- Dile que se aleje de la puerta. - le pedí luego de unos segundos analizando mi situación - ¡Díselo!
                     
- ¡Alice, quítate de ahí! - le gritó soltandome para poder alejarla de la puerta.
                     
- No quiero volver a oír jamás de usted en todo lo que me resta de vida. Es una jodida mentirosa de mierda. Puede meterse su estúpida casa y el estúpido testamento de su madre por el culo, pero alejese de mi. - le dije a la mujer antes de caminar a la puerta y finalmente salir de ese maldito lugar

                     
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Narrador omnisciente.

                     
Nashville, Tennessee

                     
- No lo entiendo, Ashton. - comentó mientras cortaba en trozos pequeños la carne del plato de su hijo - Se supone que debía estar ahí en el bar, pero no estaba. ¿Crees que haya renunciado?
                     
- Sinceramente no creo, a lo mejor y está de vacaciones.
                     
- ¿Vacaciones? - terminó de cortar la carne - El investigador privado dijo que el dueño del bar no daba vacaciones a sus empleados, ni siquiera en diciembre.
                     
- Quizá pidió permiso o está enferma. - bebió un trago de agua - No te angusties, cielo, ella está bien.
                     
- ¿Qué no me angustie? ¡Sabes muy bien que hay un estúpido detrás de ella y puede hacerle mucho daño!
                     
- Por el amor de Dios, Wendy, no grites de esa forma con nuestro hijo aquí presente. - reprendió su novio tomando en brazos a su hijo que estaba asustado por los gritos de su madre.
                     
- Lo siento muchísimo, Oli. - se apresuró a decir la mujer - Mami está un poco estresada, no te asustes.
                     
- ¿Estás enojada? - preguntó tímidamente el pequeño de ojos café.
                     
- Estoy preocupada, no enojada, lo prometo, mi amor. - besó la frente de su hijo - Lo siento, Ash.
                     
- ¿Qué haces, a dónde vas? - preguntó dejando a su hijo en su silla nuevamente y poniéndose de pie al ver que su mujer iba por su bolso.
                     
- Necesito hablar con el investigador. - se colgó su bolso - Rosé no puede andar por ahí perdida, algo pudo hacerle ese maldito enfermo que la está siguiendo a todos lados.
                     
- Mami, no te vayas. - pidió el niño abrazandose a las piernas de su madre - Quédate, por favor.
                     
- Volveré pronto, lo prometo.
                     
- Wendy, no puedes controlarlo todo. Ella puede cuidarse sola.
                     
- Ella no está sola. No más. - le respondió y después se dió la media vuelta salió por la puerta de su nueva casa en busca del investigador.
                     
Necesitaba saber que su hermana estaba a salvó y que no le habían tocado ni un pelo. También aprovecharía para contratar un poco de vigilancia para ella sin que lo notase. No importaba que tan bien pudiera cuidarse Chaeyoung, un poco de ayuda no le caería mal. Desde que se enteró de su existencia se juro no dejar sola a su hermana nunca más.

                     
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Rosé's P.O.V
                     
Tan pronto como llegué al hotel encendí mi teléfono y le marqué a Lisa. Necesitaba hablar urgentemente con alguien, sin embargo no respondió las tres llamadas que le hice, así que cuando revisé los mensajes de mi teléfono para poder ver si había alguno de mi mejor amiga, me di cuenta que tenía más de veinte llamadas perdidas de parte de Jennie.
                     
- Contesta, contesta. - murmuré mientras oía como sonaba el teléfono al otro lado de la línea - Contesta, por favor, cariño. Te necesito.
                     
Quizá sería una mejor idea hablar con Jennie y por eso decidí llamarla. Sinceramente me tranquilizaría muchísimo más hablar con ella que hablar con Lisa, y eso no era porque no le tuviera confianza a quien era mi mejor amiga, si no más bien era por lo que representaba la pelinegra para mi: paz y armonía.
                     
- ¿Chaeyoung? - un sentimiento de tranquilidad golpeó contra mi pecho al oír su voz finalmente.
                     
- Te necesito, te necesito tanto. - dije.
                     
Y finalmente después de tantos años:
                     
Me rompí.

it girl [chaennie]Where stories live. Discover now