32.

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- ¿Te gustaría ir un poco más lejos para ver si encontramos algún pueblo? - le pregunté mientras encendía el carro.
                     
Después de desayunar, Jennie decidió darme las llaves de su auto para que yo manejara. Lo primero que hice fue llevar el carro a una gasolinería para cargar un poco de combustible y así no quedarnos varadas en algún momento.
                     
Jennie aprovechó para bajarse y comprar algunos dulces en la tienda que había a un costado. Y cuando finalmente el tanque estaba lleno, ambas nos subimos nuevamente al auto.
                     
- ¿A ti te gustaría? - me preguntó
                     
- Sería interesante visitar un lugar cercano y así poder comprar algo de ropa. No me siento cómoda usando la misma ropa de ayer.
                     
- Entonces busquemos un pueblo.
                     
Cuarenta y cinco minutos de carretera después, encontramos lo que buscábamos. Había un enorme letrero que ponía en letras blancas "Bienvenidos"; las calles eran de tierra y la mayoría de las personas que vimos caminando tenían botas.
                     
- Me siento como en una película del lejano oeste. - comentó con diversión.
                     
- Quizá necesitemos de esos sombreros para encajar mejor. - señalé al grupo de chicos que había frente a nosotras apoyados en una pared con sus sombreros de vaqueros y botas.
               
- Mira. Ahí hay una tienda de ropa. - dijo emocionada - Estacionate por ahí.
                     
- A tus órdenes, cariño.
                     
Estacioné el auto bajo un árbol de roble donde habían seis autos más en la comodidad de la sombra que proporcionaba aquel lugar.
                     
Nos bajamos del auto y luego de asegurar bien las puertas y colocar la alarma, nos encaminamos hacia la tienda que había visto la pelinegra.

                     
- - - - - - -

                     
- ¿Estás enojada conmigo? - pregunté tímidamente a Jennie, quién estaba jugando con sus papas en silencio
                     
- ¿Debería?
                     
- No, creo que no. Pero pareces un poco enojada. - estiré mi brazo y la tomé de la barbilla para que dejara de mirar el plato y me viera a mí - ¿Es por lo que pasó en la tienda?
                     
Cuando estaba buscando ropa de mi estilo con ayuda de Jennie, una señorita se acercó a nosotras preguntándonos si necesitábamos algo en específico. Yo le respondí que no, que estábamos bien; pero Jennie dijo que estábamos en busca de una playera que hiciera juego con los pantalones que yo traía puestos.
                     
La respuesta de la señorita fue inmediata y rápidamente nos mostró varias playeras. Jennie estaba preguntándole por el precio de una en específico cuando se dió cuenta que la trabajadora no le estaba haciendo caso; en lugar de escuchar las preguntas sobre la ropa, la chica de cabello rubio se la pasó mirándome sin pudor.
                     
El ambiente se hizo aún más tenso cuando Jennie exigió su atención y la chica le respondió que dejase de molestarla porque estaba tratando de grabar en su mente a la mujer guapa que tenía frente a ella - refiriéndose a mi, por su puesto -. La gota que derramó el vaso fue cuando la rubia pidió mi número de teléfono cuando entró sin permiso al probador donde yo estaba probandome la ropa.
                     
El rostro de Jennie estaba prácticamente rojo de la rabia. Una pequeña parte de mí se alegró al pensar en las posibilidades de que ella estuviera celosa, pero mi parte racional estaba preocupada por la vida de la señorita, pues de un momento a otro las dos mujeres se empezaron a gritar.
                     
Flashback.
                     
- ¡Podrías dejar de acosarla y ocuparte de atender a otros clientes! - le gritó Jennie.
                                                         
- Lo siento, es inevitable. Tu amiga está demasiado buena. - se acercó a mí y comenzó a pasar sus dedos por mi abdomen - ¿No crees que tú amiga está un poco histérica, cariño?

- ¡No le digas cariño, y deja de tocarla! - la tomó del brazo y la alejó de mí - Si no dejas de acosarla ahora mismo, iré con tu jefe a quejarme.

- ¿Es que acaso son pareja?

- No. - murmuró - Pero estás...

- En ese caso, déjame decirte que estás haciendo el ridículo, querida. Ella no es nada tuyo, así que puedo coquetearle si se me pega la gana.

- P-pues trata de no hacerlo frente a mí, bruja. - la sola idea de que Jennie estuviera celosa me hacía sentir llena de felicidad, y por ello tenía una sonrisa enorme en mi rostro - ¡Deja de sonreír, Chaeyoung! Nos vamos. - me tomó de la muñeca y me jaló hasta la salida.

- Adiós muñeca. ¡Puedes regresar cuando no estés con esa loca! - gritó la chica rubia haciendo que Jennie se detuviera de golpe.

- ¡Ella regresa sobre mi cadáver!

- ¡Pues con esa actitud te apuesto que regresará, gorda! - fruncí el ceño al escuchar la forma en la que había llamado a mi pelinegra, e iba a responderle si no fuese porque Jennie  me volvió a jalar para finalmente salir de la tienda de ropa

Fin del flashback.

Después de lo sucedido volvimos al auto. El ambiente dentro estuvo totalmente silencioso hasta que escuché una especie de sollozó proviniente de la Jennie. Le pregunté si estaba bien y me respondió que sí, que sólo estaba teniendo un poco de alergia. Minutos después me dijo que arrancará el auto y buscará un lugar donde pudiéramos comer tranquilamente.

- ¿Qué pasó en la tienda? - se hizo las desentendida a mi pregunta.

- Bueno, ya sabes, lo de la rubia.

- Eso no tiene importancia, Chaeyoung. - respondió secamente - Debes estar acostumbrada a que todas las mujeres se te tiren encima como todas unas necesitadas, ¿no?

- ¿Qué? Claro que no, cariño.

- No me llames así. - pidió.

- Guapa, esto está siendo innecesario. Yo no le pedí a la chica esa que se comportara de esa forma.

- ¿Te gustan ese tipo de mujeres? - preguntó ignorando lo que dije.

- No. - respondí rápidamente - Las locas no son mi tipo. De todas formas acuérdate que te conté que mis ojos y pensamientos ya estaban con alguien más.

- Cierto, la chica perfecta de la que tanto hablas. - sonreí un poco sabiendo que era ella de la que yo hablaba - ¿Por qué no me dices el nombre de esa tipa?

- ¿Tipa? - reí - ¿Estás celosa acaso, cariño? - me recargué sobre la mesa inclinándome hacia ella sonriéndole de lado, disfrutando de ver como sus mejillas se ponían rojas.

- No digas tonterías, Chaeyoung. Somos amigas. - se llevó una papa a la boca - Sin embargo, como buena amiga que soy me preocupo por ti.

- ¿Por mí o por las chicas que se me acercan? - levanté las cejas pícaramente.

- Chaeyoung, basta. - pidió tirándome una papa a la cara, afortunadamente logré esquivarla y cayó lejos de mi - ¿Podemos cambiar de tema?

it girl [chaennie]Where stories live. Discover now