━━ ⦗ war of hearts! ⦘
❝ ella lo amaba pero
fingía que no lo hacía
ya que sabía que él
no la amaría de la
misma forma. ❞
███████████ 𝙚𝙣 𝙙𝙤𝙣𝙙𝙚
en donde la serpiente del
...
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LA SUBIDA POR LA PARED del acantilado, lejos del río, resultó ser lo perfecto para distraer a Stasiaj de su momento de pánico.
Los rocas estaban frías, su vestido pesaba como un ancla. Pero ella estaba viva, y eso solo hizo que Stasiaj caminara detrás de Kaz, quién era sorprendentemente ágil a pesar de su pierna mala.
Un estruendo se escuchó en algún lugar de la Corte de Hielo.
―Oh, santos, por favor que sea Jesper.―suplicó Nina, mientras Stasiaj tiraba de la chica lejos del borde del acantilado con la ayuda de Matthias.
―Lo que sea que venga, es grande.―Matthias comentó.
―¿Hombre Cuervo? ¿Tu plan?―Stasiaj se volvió a mirar a Kaz.
―Esperar.―dijo mientras el sonido se hacía más fuerte.
―¿Qué tal si nos ocultamos?―preguntó Nina, saltando nerviosamente.―Una vez escondí veinte rifles en un arbusto. Danos algo.
―¿Qué tal unos pocos millones de kruges?―dijo Kaz.
Un tanque retumbó sobre la colina, y el polvo y las piedras volaron por el lugar. Alguien los saludaba desde la torreta del tanque. Inej y Wylan gritaban salvajemente.
Nina dejó escapar un grito victorioso, tanto ella como Stasiaj reían históricamente, mientras Matthias miraba con incredulidad todo.
―Santos, Kaz, en realidad te ves feliz.―Stasiaj se volvió ante las palabras de Nina y miró a Kaz.
―No seas ridícula.―espetó, pero no había duda alguna; Kaz Brekker sonreía como un idiota y Stasiaj sintió que le daba un vuelco en el estómago mientras lo miraba.
El tanque había llegado a la cima de la colina y se precipitaba por el camino iluminador por la luz de la luna, siendo perseguido por más tanques. El polvo se elevaba bajo sus huellas y Stasiaj dejó de mirar al Hombre Cuervo y en cambio, se concentró en la situación actual.
No fue hasta que Inej y Wylan estaban realmente cerca que los demás pudieron distinguir lo que decían:―¡Fuera del camino!
Saltaron justo a tiempo fuera del camino cuando tanquen pasó rugiendo junto a ellos, luego se detuvo con un chirrido de engranajes.
―Tenemos un tanque.―Nina comentó, maravillada.―Kaz, pequeño genio espeluznante, el plan funcionó. Nos conseguiste un tanque.
―Ella te llamó pequeño genio espeluznante.―Stasiaj rió.
―Cállate, Serpiente. Y si, tenemos un tanque.
―Solo uno.―habló Matthias, luego señaló la horda de metal y humo que se acercaban a ellos.―Ellos tienen muchos más.
