xlvii. ketterdam

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CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE
KETTERDAM.
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KETTERDAM FUE Y SIEMPRE SERÁ EL LUGAR EN DONDE LAS cucarachas del Barril se escabullían por el sonido de los tacones de Stasiaj Yahontov golpeando contra los adoquines debajo de ella

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KETTERDAM FUE Y SIEMPRE SERÁ EL LUGAR EN DONDE LAS cucarachas del Barril se escabullían por el sonido de los tacones de Stasiaj Yahontov golpeando contra los adoquines debajo de ella. Los hombres la miraban lascivamente desde un lado, pero con una mirada fría por parte de ella, los hacía dispersarse hacia las sombras mientras la gente luchaba por esconder sus secretos a sus oídos indiscretos. Se apretó más la gabardina antes de entrar al Club de los Cuervos.

En los meses transcurridos desde el atraco en la Corte de Hielo y el desafortunado complot de la subasta, que condujo a la muerte de Matthias Helvar, Stasiaj Yahontov había nutrido aún más su negocio y sus víboras, estirando sus alcances hasta estar bien integrada en Ravka y Fjerda. Cuando más controlaba, más sabía y más se aseguraba de su seguridad de Ketterdam y las áreas circundantes. Nadie podría lastimarla si tuviera información de ellos.

―Buenas noches, señora.―el camarero dijo y Stasiaj le sonrió al hombre, quién le pasó una botella de whisky mientras pasaba por su lado.

―Esto es muy apreciado.―ella dijo y él se sonrojó por la interacción, haciendo que Stasiaj sonriera. Incluso después de todo ese tiempo visitando a Kaz en el Club de los Cuervos, todavía ponía nervioso a la mayoría de los empleados más jóvenes. Stasiaj se pavoneó hasta la puerta trasero con un ego enardecido, subiendo las escaleras hasta la última habitación al final del pasillo. Sin molestarse en tocar la puerta, Stasiaj abrió la puerta del estudio de Kaz y entró como si fuera la dueña del lugar.

―Llegas tarde.―él dijo, sin levantar la mirada de unos papeles. Stasiaj arrugó la nariz ante su incapacidad de mirarla.

―Tarde, pero elegante, Kaz.―Stasiaj sonrió, colocando la botella de whisky frente a él y arrojando su gabardina sobre el respaldo de la silla frente a ella. Ella estaba esperando a que él la mirara.―Dijiste que pareciera que valiera dos millones de kruges, así que tuve que buscar un vestido nuevo.

Finalmente, Kaz miró hacia arriba, con la boca entreabierta mientras miraba el vestido verde esmeralda de Stasiaj que se aferraba a su figura y hacía juego con los colmillos en su cabello y las esmeraldas en sus orejas. Cadenas de oro colgaban de su cintura, y Stasiaj sonrió al ver su boca abierta y un ligero rubor cubrir su piel pálida. Sus manos temblaron, como si quisiera tocarla, pero en lugar de eso arqueó una ceja.

―Te estás sonrojando.

―Trajiste la serpiente.―él dijo y Stasiaj asintió con la cabeza, acariciando a la pequeña serpiente, que se enroscó en su cello como un collar caro.―Bien, estás aquí. Necesitamos repasar los detalles finales antes de irnos a la fiesta.

―En primer lugar, ¿no vas a, no sé, decir algo?―preguntó y los ojos de Kaz se suavizaron, cambiando al color chocolate caliente que Stasiaj adoraba.

war of hearts ━kaz brekker. ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora