40. Perdida

35 4 43
                                    

El mismo día pero más temprano:

Katia:

Habían pasado bastantes días desde que Jhonatan no respondía mis mensajes y llamadas, me preocupa no recordar lo que hice. Es viernes y Anthony me lleva a casa en su auto después de la escuela, las nuevas actitudes de Gina me hacen desconocerla.

--¿En qué piensas tanto con esa nuez que tienes por cerebro?-- comenta mi "dulce" novio.

--¿Por qué siempre tienes que ser tan grosero? Por culpa tuya nunca estamos bien.

--Te equivocas, mi amor-- hace énfasis en lo último que dice-- no estamos bien desde que se te ocurrió gritar que me odias en público.-- confirma sin quitar la vista del camino.

--¡Agh! Definitivamente esto es demasiado-- desvío mi vista.

--Estás tan insoportable. ¿Qué te pasa? ¿Tu novio el mesero te mandó al diablo después de que te usó?

--¡Él no es mi novio! Deja de inventar tantas tonterías.-- digo con fastidio.-- ¿¡Cómo piensas eso de mí?

Jamás me había atrevido a gritarle o a enfrentarlo pero, es evidente mi enojo.

--Lo pienso porque eres una cualquiera.

--¡Vete al carajo!-- grito, frena de pronto.

--¡Bájate!-- dice con furia-- ¡No vas a gritarme en mi propio auto!

--¡Cómo quieras!-- tomo mi bolso con la intención de bajar pero me sujeta fuertemente de la muñeca cuando estaba apunto de abrir la puerta.

--Hoy es el aniversario de mis padres, irás. Empieza a las 19:00 pm, haré que te envíen un vestido y por favor amarrate el pelo.-- me suelta.

--No quiero ir.

--¿Alguien te preguntó? Irás y ya.

Bajo y cierra la puerta, arranca y se va. ¡Maldito, desgraciado! Pido un taxi, estoy muy lejos de casa aún, este llega y me subo. Llego a casa y como se había hecho costumbre mamá no está en casa, almuerzo y hago algunas tareas. Son las 16:43 pm.
Alguien llama a mi puerta, me levanto y abro, es Leonor.

--¡Nana! ¿Qué pasó?

--Tu hermana está abajo, vino a dejar algo para tu mamá. Creo que deberías ir a disculparte con ella, llevan mucho tiempo enojadas. Hagan las pases ¿Sí?-- me pide con ternura.

--No nana, no me pidas eso. Ella es muy orgullosa y no querrá oírme.

--Mi niña hermosa, también eres muy orgullosa-- toca la punta de mi nariz con su dedo índice-- debes ir, es tu hermana.

Resoplo y acepto, bajamos juntas a la sala de estar y la veo sentada en el sofá con una caja forrada en las manos.

--Hola-- saludo con una ceja enarcada.

--Nana, ¿no está mi madre?-- ignora mi saludo.

--No princesita, salió hace como dos horas. Pero dame la caja, yo se la dejaré en su estudio.

Mi hermana le entrega la caja a Leonor y ella nos deja solas.

--Siempre te has escondido en sus faldas ¿No es así?-- me dice Katherine

--Yo ni sabía que estabas aquí ella me pidió que viniera a saludarte.-- me cruzo de brazos.

--Sí, como no.-- cruza los suyos también.

Sin Salida Where stories live. Discover now