20. Arrepentido

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Dos días después:

Hoy es el último día de la competencia, Chris y yo no volvimos a intercambiar palabras después de lo sucedido aquella noche.
Espero que sea la hora de la prueba, con tranquilidad me siento a la sombra de un árbol mientras estudio mis apuntes, algo alejada de todo, es una hermosa mañana, sol radiante, brisa cálida y el aroma de la hierba me fascina; estoy sumergida en los números cuando de repente la silueta de una chica se hace presente frente a mí, levanto la mirada y parece que mis ojos me engañan porque es Natalie con su uniforme de porrista muy pegado al cuerpo, el cabello arreglado, maquillaje perfecto y labios rosas. Me levanto del suelo alarmada.

—¿No esperabas verme mequetrefe? —dice Natalie, arrogante.

—¿Perdón? —la miro desentendida.

—Quita tu cara de ovejita inocente ¡eres una hipócrita!

—¿De qué estás hablando? Estaba tranquila en lo mío, apareces de la nada y me estás agrediendo sin motivo alguno.

—¿Sin motivo alguno? —abre los ojos de manera exagerada.

Chasquea los dedos y Nicholas aparece básicamente de la nada.

—Dice que ella no ha hecho nada —finge risas —, ¿quieres refrescarle la memoria?

Siento miedo ahora, Nicholas hace que me estremesca.

—Con mucho gusto —empieza a avanzar hacia mi y me acorrala contra el árbol —, hagamos memoria, hace dos días específicamente Chris tenía una horrible herida en los labios ¿no sabes qué le pudo suceder?

—Aquella noche...

—¡Cállate! —exige Nicholas.

—Lo siento cielo, no puedes hablar si yo no quiero —pronuncia Natalie—, yo creí que eras una mojigata pero solo era una gata —sonríe y se acerca hacia mi.

Nicholas me deja y Natalie acomoda el cuello de mi camisa.

—Creo que algo no te ha quedado del todo claro ¿verdad? —me toma del cabello de la parte de atras de la cabeza —¡Chris es sólo mío!

—Suéltame y prometo no decir nada y mucho menos arrancarte pelo a pelo tu dorada cabellera.

—¿Oíste Nicholas? Ella cree que está en condiciones de exigir —hace un puchero y habla con ironía —, mientras menos hables mejor te irá.

—Escucha, si tan solo supieras la verdad te sentirás muy tonta por hacer esto —añado a mi advertencia.

—¡Tengo el castigo perfecto para ti! 

Natalie le susurra algo al oído de Nicholas.

—Bien pensado —responde Nicholas.

Mientras Natalie sonríe maliciosa.

—Avanza —Nicholas hace que camine mientras sujeta mi brazo de manera firme, tanto que me lastima —. Por tu bienestar ni se te ocurra llamar la atención —me advierte el maniático pelirrojo.

A todos los estudiantes de matemáticas hacerse presentes en el salón acordado para la última prueba—se da el anuncio que yo esperaba.

—Por favor, debo dar esa prueba, luego me vendes a un árabe si así deseas —pido.

—Callada. —demanda Nicholas.

Avanzamos hacia una de las cabañas, no sé que vayan a hacerme, no temo por Natalie podría despelucarla como a gallina si yo quisiera, pero Nicholas es mucho más alto, fuerte y su mirada de psicópata me causa escalofríos y él me golpearía sin titubear.

Sin Salida Where stories live. Discover now