2. Recuerdos

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El timbre de mi móvil que informaba que un mensaje había llegado logra sacarme de mis pensamientos tormentosos.
Me abalanzo sobre la cama y veo que es un mensaje de mi mejor amiga, Sabine.
¡Está afuera! Bajo las escaleras con rapidez y abro la puerta, mi amiga dibuja una gran sonrisa.

—¡Ali! Vine a llevarte a la nueva heladería que abrieron.

—¡Genial! Déjame ir por mis llaves y algo de dinero.

Ella asiente, voy con la rapidez de un rayo y regreso con ella, después de cerrar la puerta empezamos el paseo.

—¿Cómo supiste de ella? —cuestiono.

—Parece que olvidas que estamos en un pueblo Ali, aquí todo se sabe.

Río a su comentario, ella tenía razón.

—Amo el nuevo color de tu cabello —halago.

—Gracias, ya me había cansado del celeste. ¡Ahora es rosa!

Me gustaba pasar tiempo con Sabine, ella era una persona que podía alegrarte el día con tan solo verte. Muy al contrario de mí ella era bastante femenina, amaba los colores pasteles, los lazos, el maquillaje con glitter, las faldas y vestidos inflados, los patrones de flores y frutas.

—Y te sienta de maravilla.

—Espero que en la preparatoria piensen igual.

—Bueno, ¿qué importa que piensen los demás? —le digo a mi amiga.

Llegamos hasta la heladería y nos acomodamos en una mesa, hacemos nuestro pedido que no tarda a llegar y comemos mientras conversamos.

—¿Cómo estás respecto a ya sabes qué? —cuestionan.

—¿Estamos hablando del "innombrable?

Mi amiga ríe y asiente, tomo una bocanada de aire para hablar sobre eso.

—Lo he estado superando, pero no puedo hacerlo si hablamos de él cada que nos vemos. Pero ahora que lo mencionas ¿Por qué? ¿Has hablado con él? ¿Te ha preguntado por mí?

—¡Chispitas! Ali, tienes que dejar de pensar en él. No he vuelto a cruzar palabras con él, ¿por qué lo haría?

—Porque éramos amigos los tres, ¿si recuerdas?

—Claro, pero después de lo que te hizo no es más mi amigo y lo odio tanto o más que tú a él. Porque lo odias, ¿o es qué aún lo amas?

—Para nada, Jack es despreciable...

—¿Ya puedes contarme lo que pasó sin ahogarte en llanto?

Suelto una risita, era cierto, hace meses no pude contarle a cabalidad como se dieron las cosas porque el dolor me hacían llorar impidiéndome emitir palabra.

—Si, bueno, tú sabes que Jack empezó a frecuentarme a inicios del primer año de preparatoria, repitió curso y todos lo sabíamos. Fuiste testigo de cómo empezó a relacionarse conmigo, por la competencia en terminar de leer el mismo libro y después me invitara a una cafetería para discutir sobre él. Después empezó a dejar flores sobre mi pupitre, cartas, títulos de canciones y poco a poco me enamoré.

Sin Salida Where stories live. Discover now