5. Empezando de nuevo

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La alarma invade la habitación con su sonido molesto ocasionando que el Capitán Milo aulle obligándome a ponerme en pie para detener la alarma.

Me siento en el lateral de la cama y estiro los brazos, eran las seis de mañana, entraba en una hora y media.

Hago la cama para despues dirigirme al cuarto de baño, me doy una ducha caliente, mientras tanto mi cerebro acaba de imaginar las miles de probabilidades de lo que puede salir mal hoy. Estaba bastante nerviosa.

Salgo de la ducha, lavo mis dientes, terminé con el primer paso. Seco mi cuerpo y empiezo a vestir el uniforme, las medias que eran del mismo color que el chaleco que llegaban hasta por debajo de las rodillas y los zapatos oxford que parecían de anciana, es decir, ni siquiera Della los usa así. Voy hasta el peiandor y me siento ridícula, parezco una lombriz. Cepillo mi cabello y estaba lista. Quedaba cuarenta minutos para llegar puntualmente a clases.

Bajo a la cocina, veo sorpresivamente a la abuela quien ya había preparado el desayuno, me sentía tan nerviosa que no tenía apetito.

-Buenos días abuela.

-Hola linda, que bueno que madrugaste. Siéntate a desayunar, al terminar salgan con Dafne. Ten un buen día, iré a abrir la cafetería.

Ella sale de la cocina y también de la casa, me siento a la mesa y trato de llevarme bocados. Dafne aparece poco después, a diferencia mía a ella le quedaba bien el uniforme. Ella es alta, delgada, con piernas torneadas, un busto bendecido, su nariz era respingada, tenía ojos ámbar y un lindo cabello castaño claro. Era preciosa, pero aún así era una perra malvada.

-¿Qué me ves? ¿Traigo algo en la cara acaso? -cuestiona con fastidio.

No contesto a su pregunta irónica, no tenía ganas de pelear. La inseguridad sobre mi aspecto se elevo como espuma, no podía permitir que nadie más me viera, necesitaba cubrirme.

-Dafne...

-¿Qué es lo qué quieres?

-¿Crees qué puedas prestarme un abrigo? No quisiera ir descubierta a la preparatoria.

Ella enarca una ceja, poco después sus labios se curvan en una sonrisa.
Va a su habitación y regresa con algo en manos.

-Solo tengo esto, pero está algo viejo.

Observo con detenimiento el abrigo, era verde oscuro con estampado navideño, le faltaba un botón, pero no me pondré exigente solo quería estar cubierta.

-Préstamelo, por favor.

Ella me lo entrega, lo uso y era perfecto para esconder mi figura en el. Acabamos el desayuno, tomamos las loncheras con el almuerzo que Della nos había preparado y salimos de casa esperando el autobús escolar que no tarda en llegar. Lo abordamos juntas, ella se sienta junto a unas chicas quienes la saludan, las palmas empezaban a sudarme un poco pero nadie parecía notarme, perfecto. Me siento junto a una chica que llevaba lentes y tenía ka nariz metida en un libro de historia. El viaje es corto, llegamos y la campana resuena por todo el lugar, todos van a sus clases yo quedo estática sin saber a donde debía ir.

-Buenos días, ¿señorita Jones Bennett? -interroga una mujer adulta, con el cabello recogido en un moño y vestía un uniforme elegante.

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