23. El secreto del abuelo

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Semanas después:

Han pasado tres semanas y dos días desde la noche que lloré frente a Chris y le conté sobre mí. Seguidamente le conté sobre lo que pasó cuando fui a ver a Sam. Él fue a darle una paliza a aquel hombre perverso.

Desde aquella noche le impuse que yo cuidaría a Sam en las tardes puesto a que su vecina no se encontraba en casa temporalmente.

También empecé a darle clases a la joven vecina de Chris, una quinceañera malhumorada que pretendía que Chris le enseñara matemáticas y se enojó mucho cuando su padre me contrató a mí por ello. Lo único bueno que sale de eso es que con lo que me pagan puedo ayudar a Jhonatan.

El reloj marcan las seis de la mañana, así que decido levantarme para no llegar tarde al colegio. Hoy era el último día de clases antes de salir de vacaciones. Me levanto de la cama y como es costumbre el tablón del lado izquierdo de la cama rechina, me pongo las pantuflas y hago la cama en unos segundos. Me doy un baño corto y lavo mis dientes, me pongo el uniforme, peino mi cabello y tomo mi mochila lista para ir a desayunar.

Por más que lo intento no puedo tolerar verle la cara a Dafne cada mañana de cada día y sé que a ella tampoco le gusta.
Después del desayuno salimos juntas a esperar el autobús.

Al cabo de unos minutos llegamos, el timbre no sonó aún. Me encuentro con Ángel, quién trae encima del uniforme una hermosa sudadera de color morado. 

—¡Hey! —me saluda contenta.

—Hola —le dedico una sonrisa —, me encanta tu sudadera, se te ve muy bien.

—¡Gracias! —sonríe también.

La tranquilidad dura cuando vemos llegar a Natalie, quien viene caminando como una super modelo, la chica es hermosa pero es una pesada.
Se acerca hacia nosotras, llega y se quita las gafas de sol circulares que tenía.

—¿Si recuerdan el talco para manos que daban comezon? —pregunta irónica.

—Si vienes a decirme algo sobre eso, yo ya te lo dije como mil veces que yo no tuve nada que ver —respondo de inmediato.

—No te preocupes friki que no vengo por ti, el tiempo abre los ojos y ya sé quién fue la verdadera culpable y recibirá su merecido. Disfruten el día mientras puedan hacerlo —lanza una risita y se aleja.

Natalie está totalmente loca casi como Dafne, yo no entiendo porque no son amigas si son tan parecidas ; quizá porque entre escorpiones se pueden picar.

—¿Qué crees que tenga en mente? —pregunto a Ángel.

—No tengo la menor idea,  pero con el castigo que le dieron hace tres semanas yo estoy satisfecha.

—¡Cierto! Hoy es el último día de castigo que tiene.

—Y es una verdadera lástima, disfruté mucho ver cómo la Barbie metía sus manos en la basura, sus expresiones de asco no tenían precio —Ángel ríe con satisfacción.

—En eso sí estoy de acuerdo contigo, fue muy divertido ver a Natalie en esa situación. La "reinita" haciendo tareas "sucias".

—La única mugre que le faltó limpiar fue la que lleva dentro.

—De todos modos Ángel, lo que nos dijo sonó a advertencia ¿tú crees qué ya sepa que fuiste tú quien la dejó en ridículo?

—Definitivamente no, Natalie tendrá dinero, belleza, un cuerpo de muñeca,  pero lo que no tiene es cerebro. ¡Jamás lo descubriría!

—Eso espero —muerdo mi labio.

Vemos  llegar a Chris.

—Hola chicas —guiña un ojo y continúa su camino, lo único que hago es ladear la mano.

Sin Salida Where stories live. Discover now