Capítulo Veintiséis: La Gente Cambia.

5.1K 572 12
                                    

-¿Qué demonios es eso? -jadeé con horror. Dakota jaló mi mano y empujó mi cuerpo fuera. Rodé por la alfombra, aún en shock.

No, no, no, no, no, no... Seguía repitiendo a gritos en mi cabeza. Pánico subió por mis piernas como pequeñas arañas.

-Caine está abajo, abriendo la puerta. Debemos irnos -Ella siseo con desesperación. Su piel había perdido su bonito color dorado.

Seguía sin poder decir palabra cuando mi amiga sujetó mi mano y me sacó de la habitación, cerrando la puerta tras nosotras. Mi cuerpo estaba temblando cuando llegamos a mi recamara y ella puso el seguro a la puerta, de pronto con miedo en sus facciones.

Coloqué una mano sobre mi boca, sofocando un grito. Oh, Dios, no dejes que lo que pienso sea real; recé. Imágenes del bosque llegaron a mi mente, desencadenando el olor dulzón de la putrefacción, y el cuerpo de un lobo destrozado sobre el pasto verde oscuro, los cuervos comiendo sus ojos.

Oh, mi dios.

Una acarda trajo bilis a la entrada de mi garganta.

Corrí al baño, buscando algo para apoyarme. El lavamanos me sirvió de depositador de vómito, y Dakota gentilmente quitó mechones de cabello de mi cara para evitar ensuciarlos cuando todo fue arrojado. Mi garganta quemaba, mis rodillas estaban temblorosas, mi rostro se veía ceniciento en el reflejo del espejo.

¿Quiénes somos? Me pregunté al mirarme, mis ojos lucían salvajes, suplicando por respuestas.

Mi mejor amiga me había mentido. Pero estaba haciendo enmiendas.

El chico que amaba nos había hecho demasiado daño. Y no pensaba que mi amor fuese tan grande como para perdonar siquiera eso.

Mi hermano posiblemente estaba matando por venganza. ¿Dónde había quedado el chico que se reía de sus propias bromas, que me dejaba finjir conducir su auto y no se quejaba cuando veía Titanic toda la noche a su lado?

Mi hermano tal vez es un asesino. Las palabras cayeron a mi estómago como una tonelada de plomo.

¿También yo había cambiando? ¿La chica que me miraba de regreso era alguien irreconocible ahora?

Mis ojos rojos y desesperados por respuestas me decían que la niña curiosa y crédula seguía en alguna parte de mi corazón, entre espinas y púas, pero seguía teniendo control sobre mí. Y esa niña era mi perdición.

***

Dakota se había quedado a la cena. Necesitaba a alguien fuerte a mi lado, y ella me estaba sirviendo como un ancla.

Mamá hablaba con júbilo sobre su día de trabajo. Caine la escuchaba con atención.

El pollo con mostaza y miel ya no me parecía tan apetitoso.

Verlos tan contentos y unidos me hacía sentir como una mala hija. No podía compartir su dicha, mis ojos estaban abiertos a la realidad.

No quería arruinar la felicidad de mi madre. Ella había recuperado no sólo a un hijo, sino parte de su corazón. Desde que Caine había llegado se encontraba más contenta. Se maquillaba, vestía mejor, hacía cenas y postres espaciales, había un brillo maternal en sus ojos que se había congelado cuando Caine se había ido. ¿Quién era yo para robarle ese momento?

Quizás ni siquiera era lo que imaginaba, y mi mente estaba volviéndose loca. Quizás sólo buscaba una justificación para poder volver a ver a North, para poderlo absolver un poco de su culpa. Quizás quería encontrar un pretexto para seguirle amando.

Pero mi corazón me decía que había certeza en lo que había visto.

Y cuando los ojos de mi hermano se encontraron con los míos, un escalofrío me recorrió, los vellos de mi piel se levantaron.

Una cosa era segura. El chico que solía ser mi caballero de armadura dorada había quedado ahogado en un mar de sangre en el que un monstruo con dientes afilados había nacido.

Raised by Wolves ©Where stories live. Discover now