Michael's groupie? | mgc

Capítulo 59

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Canción del capítulo: Heartache On The Big Screen - 5SOS

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 Mis ojos aún no estaban abiertos, pero la claridad de la luz del día me traspasaba los párpados, abriéndose así un jodido dolor de cabeza, mareos y náuseas. Tenía la garganta completamente seca, y era dificultoso pasar saliva. Sentía todo mi cuerpo cansado y pesado. Era una de las peores resacas que tuve hasta ahora, joder.

Llevé uno de mis brazos hasta mi cara, cubriendo mis ojos con ellos, de igual manera me sentía como la mierda y ese sólo movimiento lo empeoró todo.

Apreté mis ojos fuertemente, mientras lentamente me sentaba en la cama. Todo daba vueltas y sentía el vómito en la garganta. Mierda mierda mierda.

Traté de abrir mis ojos pero fue malditamente dificultoso. Primero abrí uno y luego el otro. El lugar me parecía familiar pero aún no recuperaba la conciencia como para recordar en dónde me encontraba.

Paseé perezosamente mi vista por el lugar, un ruido proveniente de una puerta que estaba al costado me llamó la atención y alteró mis sentidos. Segundos después, vi salir a ___ envuelta en una toalla, ésta se quedó parada en ese lugar cuando me vio despierto.

Mierda, comenzaba a recordar todo.

La pelea, el bar, la llamada, los paparazzis.

No podía haber pasado todo eso, mierda no.

Sólo nos limitados a mirarnos, creo que ninguno de los dos estaba seguro de qué decir.

Vacilante, ella se acercó. Sentándose al costado de la cama, dándome la espalda.

Largué un suspiro y traté de acercarme a ella, pero el dolor de cabeza acompañado de mareos me dejó inmóvil en mi posición inicial.

Ella volvió a levantarse, esta vez se acercó a una de las mesitas de luz que se encontraban al lado de la cama. Tomó un vaso con jugo de naranja y una pastilla que se encontraban ahí y me lo entregó, con una media sonrisa.

Sin meditarlo mucho, primero tomé la pastilla y rápidamente me la tragué para luego acabarme el jugo de naranja en segundos.

Ella me observaba silenciosamente, con una expresión triste.

Volvió a sentarse en la orilla de la cama, esta vez mirándome, veía en sus ojos el debate de qué decir.

-Gracias- hablé, casi en un susurro con la voz ronca y áspera.

Ella asintió con una media sonrisa, pero podía ver que ella no estaba bien realmente.

-Así que…- dudé, no sabiendo exactamente cómo reaccionar pero desesperado por escuchar lo que ella tenía por decir.

Ella soltó un suspiro y bajó la mirada, cerró sus ojos por unos segundos para luego volver a abrirlos.

-Mis padres están en camino- habló finalmente, alzando la mirada y luciendo temerosa. Bien, eso no me lo esperaba.

-Y tú celular no ha parado de sonar, y según los tonos que conté, son como veinte llamadas pérdidas… mínimo- se encogió de hombros levemente, como disculpándose.

Me quedé sentado allí mirándola sin saber qué decir.

¿Acaso este era el fin? ¿Llegamos al límite?

-Michael… deberías irte, de verdad lo siento tanto por todo- agregó, con los ojos cristalizados. Ya la había hecho llorar demasiado y no me lo perdonaría si lo hacía de nuevo.