Capítulo 25

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Entré en la cocina, cerrando la puerta tras de mí. Vacilante me acerqué a mi madre, tomando asiento en la mesa

-¿Cuándo pensabas contarme esto?- dijo, tomándome de la mano. Miriam nos dio una mirada rápida, y salió de la cocina, dejándonos solas.

-Yo… no sabía cómo contártelo- suspiré cansada

-¿Es el mismo chico del de tus pósters, no? El mismo chico de los discos, el mismo chico del concierto- dijo ella, asimilándolo todo y mirándome preocupada -¿Pero cómo?- agregó

-Él… yo… eh- estaba demasiado nerviosa, quería contárselo todo, pero simplemente no encontraba las palabras adecuadas.

Ella me miró y sonrió, acariciando suavemente mis manos

-No es algo malo, sólo que es algo demasiado… increíble. Es algo sorprendente- me miró fijamente –Pero viéndolo de esta forma, ahora todo tiene sentido. ¿Era él el chico de la camioneta lujosa de la vez pasada, no?- agregó, asentí lentamente, mirándola insegura.

Ella soltó un suspiró

-___, te quisiera decir demasiadas cosas. Pero sé que no es el momento, no te quitaré la oportunidad-se levantó- puedes volver con tu chico –agregó finalmente, me paré rápidamente y la abracé

–Te amo- le susurré, ella sonrió

-Pero luego debemos hablar de esto- puntualizó seria

-Sí, definitivamente hay cosas que debemos hablar- agregué, sentí que se tensó. Sabía que me refería a la extraña situación de hoy a la tarde. Asintió levemente y vi que sus ojos se cristalizaron, me sonrió una última vez y salió de la cocina, dirigiéndose a su habitación. Parecía más agotada que de lo normal, me preocupaba su estado. Mi padre no había llegado con ella, y eso era también raro.

Cuando volví a la sala, me encontré con Michael sentado en uno de los sofás, jugando con sus manos. Cuando me vio, se levantó y con grandes zanjadas llegó hasta mí

-¿Qué ha pasado?- preguntó, acariciando mi rostro con sus manos. Cerré mis ojos por unos segundos, sintiendo su tacto

-Nada, hablaremos luego- respondí. Él sólo se limitó a asentir

-Debo dar un concierto en unas pocas horas- exclamó, mirándome fijamente

Oh no, se volvería a marchar, ese sentimiento estaba volviendo y no quería sentirlo más. Estaba cansada de sentirlo. Sentí que rompería en llanto en cualquier momento. Él me miró preocupado, y me abrazó con fuerza

-Esto es más difícil de lo que pensé- susurró, dándome un beso en la cabeza. Cerré mis ojos con fuerza, conteniendo las lágrimas -Acompáñame- exclamó emocionado, pasando sus manos por mis hombros. Tenía una sonrisa, esa sonrisa que tanto amaba.

-No lo sé- respondí, limpiando algunas pequeñas lágrimas que se asomaban en las esquinas de mis ojos –Es decir, no estoy segura de que mis padres quieran-finalicé, encogiéndome de hombros.

Michael me miró por unos segundos, y luego, casi corriendo, se dispuso a subir las escaleras

-¡Michael!- grité. Él se giró sonriéndome

-No te muevas de ahí- me lanzó un beso en el aire y desapareció 

Michael's groupie? | mgcWhere stories live. Discover now