Michael's groupie? | mgc

Capítulo 16

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¿Qué mierda haríamos mañana? Era sábado y mis padres estarían todo el día en casa, joder. Terminé quedándome dormida sin darme cuenta.

***

Desperté por el calor corporal que sentía encima, me removí incómoda sintiendo un peso encima. Cuando abrí los ojos perezosamente recordé todo lo que había pasado anoche, agradeciendo a todos los santos existentes de que no hubiera sido sólo un sueño. Sonreí y acaricié suavemente los cabellos rojos de aquel chico que tenía su cabeza en mi estómago, pasando sus brazos por mi cintura, aprisionándome. Desearía poder despertar así todos los días de mi vida.

Cuidadosamente logré zafarme de su agarre, y así poder adentrarme al baño a darme una corta ducha, cepillarme los dientes, arreglar mi cabello, etc. Cuando volví, él seguía durmiendo como un bebé. No quería despertarlo, de seguro seguía agotado, necesitaba descansar y yo no haría nada para impedirlo.

Con una sonrisa gigante, bajé a la cocina para preparar un delicioso desayuno. Quedé estupefacta al ver a mis padres desayunando en el comedor, de inmediato me puse nerviosa, sé que tener a Michael en mi habitación a escondidas de mis padres estaba mal, y que las probabilidades de que nos descubrieran eran muchas, pero necesitaba arriesgarme un poco porque realmente lo había extrañado demasiado.

Vacilante los saludé, mi madre me sonrió tomando un trago de su taza de café, mi padre hizo lo mismo -¿Cómo has amanecido, cariño?- preguntó dulcemente mi adorable madre –Eh, bien- dije, dirigiéndome a la cocina. Mierda, no podría preparar un desayuno para dos, ellos se darían cuenta y empezaran a preguntar y yo como lo tonta que soy me pondré nerviosa y terminaré siendo descubierta. Me limité a preparar café en una taza, acompañándolo con unas deliciosas donas, tres para ser exactos. Lo coloqué en una bandeja, y salí de la cocina con dirección a mi habitación -¿A dónde vas con eso? Sabes lo que pensamos de desayunar en tu habitación- dijo mi padre, frunciendo el ceño. Rodé los ojos sin que ellos me vieran y me giré, quedando en frente de ellos –Tengo ganas de estar sola- respondí seria. Mi madre tomó la mano de mi padre, apretándolo y mirándolo, haciéndole entender que yo necesitaba mi espacio. Mi padre negó levemente con la cabeza –Adelante, señorita adolescente- dijo en tono burlón, reí y salí disparada escaleras arriba.

Al entrar, me encontré con un Michael recién salido de la ducha, con una toalla atada a su cintura y otra con la que secaba su cabello. Me sonrió ampliamente y abrió sus brazos, bajé delicadamente la bandeja de desayuno en la cómoda y como una niña pequeña corrí a sus brazos, pasando mis brazos por su cintura y él pasando sus brazos por mi espalda, abrazándonos fuerte. Elevé mi rostro, mirándolo, sus ojos esmeraldas brillaban, podía ver en ellos felicidad. Sonreí sonrojándome –Buenos días- susurró en mis labios, deposité un tierno y corto beso en los suyos, él sonrió –Buenos días- respondí, mordiéndome el labio inferior.

-__ no sabes todo lo qu…- la puerta se abrió de golpe, dejando ver a Yessa (mi mejor amiga, la única, era como mi hermana. Katherine también era una de mis mejores amigas, pero no como -Yessa. Además, ella había cambiado mucho desde que comenzó su relación con Brad) sus ojos se abrieron como platos y dirigió sus dos pequeñas manos tapándose la boca