─Bien, se supone que el túnel va en línea recta y termina en el bosque. ─de detuve─. Avancen hasta llegar al final. ─seguí.
─La compuerta final está abierta, cuando vean la luz desde arriba lo sabrán. ─mencionó Zyad.
─¿Cómo estás seguro de que el final del túnel está abierto? ─lo cuestionó Gloria.
─Por que yo mismo lo abrí. ─contestó él con obviedad.
Tensioné la mandíbula.
─Bien, corran. ─ordené.
Rápidamente pude escuchar los pasos de todos los presentes chapotear sobre el agua que nos llegaba casi a media pierna.
Corríamos en medio de la oscuridad y la incertidumbre acompañada de la ansiedad por descubrir lo que nos esperaba al otro lado me tenía los nervios a flor de piel.
Luego de aproximadamente diez minutos jugando a las gallinas ciegas finalmente presenciamos una claridad a la distancia.
─¡Veo la luz! ─gritó Skyler con emoción─. ¡Maldita sea, veo la luz! ─siguió.
Aumentamos el ritmo y finalmente llegamos al final del lugar.
Habían unas escaleras de hierro, las chicas que salieron primero ayudaron a las demás a subir los improvisados y oxidados peldaños de la escalera.
La luz desde abajo era casi que enceguecedora, en cuanto levanté la vista noté a Vicky extendiendo su mano hacia mi.
Sin decir más procedí a tomarla y luego de un corto impulso aterricé afuera.
─Carajo. ─musité─. Este lugar es aterrador. ─mencioné.
Me detuve un instante para observar a mi alrededor y se me erizó la piel al descubrir que estábamos en medio de un frondoso bosque, los pinos parecían acariciar el cielo y el resto de la arborización era como de película.
─Allí está la cabaña. ─mencionó Zyad señalando en dirección a una vieja casucha que se encontraba a unos cuantos metros de distancia─. ¡Andando! ─ordenó.
Procedimos a correr en la vía que el chico nos había ordenado y luego de aproximadamente cinco minutos llegamos hasta el lugar.
El pelinegro intentó abrir la puerta pero no pudo.
─¡Mierda! ─exclamó─. ¡Esta maldita puerta de mierda siempre se traba! ─añadió.
─Quítate. ─intervino Victoria.
Pude ver a la pelinegra posarse frente a la puerta, inclinarse hacia atrás, levantar la pierna suavemente y finalmente empotrarle una patada a la madera.
La puerta se esparramó de golpe y cayó a un lado.
Tensioné la mandíbula.
La chica me echó un vistazo.
─Y así es como lo hace una mujer de verdad. ─resopló con orgullo.
Sonreí negando con la cabeza.
Zyad colocó los ojos en blanco.
El pelinegro ingresó a la cabaña y salió con un maletín entre las manos.
El chico lo colocó en el suelo frente a nosotras y procedimos a realizar un círculo para ver lo que había en su interior.
─Bien, aquí están las copias de sus pasaportes. ─mencionó luego de sacar tres libretillas y extenderlas hacia mi.
VOCÊ ESTÁ LENDO
INOCENTE © » 1M8.
Romance❝Luego de ser sentenciada a cinco años de prisión por colaboración al narcotráfico, Olivia Carrington, una influyente y reconocida dama de los suburbios es enviada a un centro penitenciario de mínima seguridad a las afueras de Nueva York. Tras estar...