Mi corazón iba a mil, ver a Zyad frente a mis ojos luego de tantos años me tenía erizada la piel.
Se había convertido en todo un hombre, se veía más seguro de sí mismo, más responsable y sobre todo con los pies puestos firmemente sobre la tierra.
─¿Cómo está la tía Karim? ─pregunté haciendo referencia a su madre.
─Ha tenido uno que otro problema con la policía del territorio árabe. ─hizo una pausa─. Pero podría afirmar que está bastante bien. ─añadió.
Sonreí.
─¿Sigues soltero? ─demandé saber.
─Las relaciones serias no son lo mío, jamás lo serán. ─respondió.
─Aún recuerdo a las chicas que iban a buscarte a casa mientras que tú estabas en alguna habitación de hotel follando con otra. ─reí.
─¿Tú estás con alguien? ─preguntó─. He visto algunas fotos tuyas recientemente junto a Cara, ¿Siguen saliendo? ─añadió.
Negué con la cabeza
─Lo nuestro terminó hace un tiempo. ─tomé aire─. Ahora estoy saliendo con una reclusa de esta prisión. ─agregué.
Pude verlo abrir los ojos como platos.
─¿Qué? ─frunció el ceño─. ¿Estás loca? ─siguió.
─¿Qué sucede? ─pregunté.
─¿Cómo se llama esa chica de la que hablas? ─demandó saber.
Tomé aire.
─Victoria Rodríguez, es mitad hispana pero nació aquí, en Estados Unidos. ─contesté.
─¿Rodríguez? ─se exaltó un poco.
Debí imaginar que reaccionaría de esa forma.
─Los oficiales dicen que esa mujer es una hija de puta. ─se explicó.
Asentí.
─Lo sé, es un poco ruda. ─me detuve─. Pero me gusta tal cual es. ─terminé.
─Deberías alejarte de esa mujer, puede meterte en muchos problemas. ─sugirió.
─En realidad me ha salvado de muchos, no es Teresa de Calcuta pero creo que podré sobrellevar lo nuestro. ─contesté.
─Es un cuchillo de doble filo, ¿Lo sabes, verdad? ─entrecerró los ojos.
─Ya no soy una niña, estoy bastante grandecita como para saber con quién follar y con quién no. ─resoplé con las manos en la cintura.
Pude verlo suspirar con frustración.
─Aunque me gustaría debatir un poco más sobre tu relación con esa chica temo decirte que no he venido para eso. ─dijo mientras se tiraba sobre el sofá.
─Ya lo sé, creí que debería manipularte para que me lo dijeras pero sin embargo debo agradecerte por facilitarme el trabajo. ─respondí.
─¿Ya rompiste el paquete que te envió la tía Adalia? ─demandó saber.
─¿Cómo sabes sobre eso? ─fruncí el ceño.
─Creo que necesitas abrirlo para que luego pueda darte explicaciones. ─contestó.
Suspiré con fuerza.
─Está justo allí. ─señalé el lugar.
Zyad se puso de pies y procedió a tomarlo para luego ponerlo sobre la mesa frente a mi.
YOU ARE READING
INOCENTE © » 1M8.
Romance❝Luego de ser sentenciada a cinco años de prisión por colaboración al narcotráfico, Olivia Carrington, una influyente y reconocida dama de los suburbios es enviada a un centro penitenciario de mínima seguridad a las afueras de Nueva York. Tras estar...