34| Larga Distancia.

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Me tomé un segundo para analizar a mi alrededor y me percaté que las otras dos amigas de Victoria estaban presentes. Nash y Jane. 

El lugar estaba repleto de pequeños espacios para plantas, habían macetas con tomates, una trepadora de passion fruit y un montón de especies más que aún no conocía. 

─Bien, debes conocer a las chicas. ─se apresuró a mencionar Vicky─. Ella es Nash Aoki. ─la señaló con una sonrisa.

La mujer era de estatura media, cabello lacio a la cintura con flequillo, piel blanca y ojos rasgados. Era asiática. 

─Un placer. ─extendí mi mano con amabilidad. 

La mujer juntó sus manos como si estuviera rezando y suavemente se inclinó hacia mí. Era ese típico saludo oriental. 

La miré confundida por un instante y luego decidí repetir su reverencia en señal de respeto. 

─Encantada de conocerla, doctora Carrington. ─comentó con una suave sonrisa, su acento era marcado, no podía pronunciar muy bien la letra erre. 

Levanté la vista y la clavé sobre la castaña a su lado.

La mujer estaba de espaldas pero en cuanto sintió mis ojos puestos sobre ella se giró con rapidez y me estiró la mano para luego proceder a mencionar su nombre.

─Jane Anderson, es un placer conocerte. ─se presentó mientras me sostenía la mirada. 

Su mano era suave y su voz agradable. 

La chica era delgada, tenía una figura esbelta y piernas despampanantes. Sus labios eran carnosos y se veían realmente provocativos mientras que su cabello castaño reposaba sobre sus hombros en forma de cascada. 

─Soy Olivia Carrington. ─me apresure a decir con una breve sonrisa. 

─No es necesario que digas tú nombre, ya sé quién eres. ─contestó de forma amenazante pero sin levantar la voz. 

Inmediatamente sentí mi mandíbula tensionarse. 

─Victoria nos ha hablado mucho de ti. ─se detuvo─. Más de lo que me gustaría. ─tomó aire─. Pero estás mucho mejor de lo que ella pudo describir. ─agregó mientras me observaba rápidamente de pies a cabeza para luego darme la espalda y seguir en lo suyo. 

Posé mi vista sobre Vicky y me percaté de que tenía las mejillas coloradas como fresas maduras.

─Bien, creo que deberíamos dejarnos de rodeos e ir al grano. ─dije en tono autoritario─. Muéstrenme el túnel. ─ordené. 

─Está por aquí. ─señaló Skyler mientras se dirigía al lugar al cual apuntaba con el dedo. 

─Jane, ayuda a Skyler. ─ordenó Victoria a lo cual la castaña reaccionó de inmediato. 

Mientras caminaba detrás de la rubia me percaté de que había un enorme trozo de madera en el suelo cubierto por grava, perfectamente camuflado. 

Skyler y Jane procedieron a levantar el enorme trozo de tabla y mientras lo hacían mis ojos se abrieron como platos y mi boca formó una enorme O. 

Había un agujero medianamente grande cavado en el suelo, me acerqué un poco más para mejorar la vista y me percaté de que era realmente profundo. Habían unas pequeñas escalerillas que gracias al cielo facilitarían el trabajo, podría jurar que si alguien cae allí por accidente se romperá el puto cuello de inmediato. 

─Muy bien, necesitaré que hagan algo por mi. ─dije mirando el suelo a mi alrededor. 

─¿Ahora nos darás órdenes? ─habló Skyler de inmediato. 

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