─¿Estás bien? ─me preguntó Victoria en cuánto el oficial salió de la celda y nos dejó a solas.
Asentí.
─Era mi madre, nada importante. ─contesté.
─¿Y qué te ha dicho? ─demandó saber.
─Nada relevante, sólo dijo que me habían enviado un paquete hasta su casa, en París. ─respondí.
─¿Acaso discutieron? ─me miró con recelo.
─No, ¿Por qué preguntas eso? ─levanté la ceja izquierda.
─La expresión de tu rostro lo dice todo. ─Vicky se cruzó de brazos y echó la cadera a un lado.
─Lo siento, es que aún estoy procesando todo. ─resoplé mientras caminaba hasta la cama y me dejaba caer sobre ella con mucha frustración.
─Pensé que tú abogada había venido a verte. ─dijo mientras se posaba a mi lado.
Negué con la cabeza.
─Saldré de aquí mañana temprano. ─confesé.
─¿Tienes que ir a juicio? ─frunció el entrecejo.
─Regresaré a mínima seguridad. ─respondí.
Pude verla reír.
─Sí, claro, y yo iré a la playa a tomar el sol. ─contestó con sarcasmo.
La miré fijamente.
─Mi madre ha pagado para que me den inmunidad aquí dentro, también me han cambiado de celda, al parecer ahora tendré una habitación para mi sola. ─suspiré.
Ella se quedó en silencio analizando mis palabras.
─¿Lo dices en serio, Olivia? ─la sonrisa en su rostro se desvaneció.
Asentí.
─¿Te irás y me dejarás aquí sola? ─hizo una pausa─. Como si fuese un perro de la calle. ─añadió.
Lo había olvidado por completo, carajo.
─¿Qué? ─reí─. ¡Por supuesto que no! ─mentí e improvisé.
─¿Y qué piensas hacer para sacarme de aquí? ─entrecerró los ojos.
Tomé sus dos manos y las puse cerca de mi boca.
─Mi madre me ha depositado tres millones de dólares en la cuenta de la despensa. ─me detuve─. Hablaré con Andrew y trataré de llegar a un acuerdo con él. ─agregué.
─¿De verdad? ─sus ojos negros brillaban bajo la escasa luz de los bombillos.
─Eres mi amiga y, además, te debo un favor. ─conteste con una breve sonrisa.
─¿Tú amiga? ─ladeó la cabeza confundida.
─Sí, eres mi amiga. ─repetí─. La primera que he tenido aquí en prisión. ─reí.
Bostecé.
─Deberíamos descansar, hoy ha sido un día bastante agotador. ─dije mientras me frotaba los ojos con la palma de la mano.
─Sí, opino lo mismo. ─se aclaró la garganta.
En un suave movimiento me incorporé y me puse de pies.
─¿A dónde vas? ─preguntó.
─A mi cama. ─señalé la litera que estaba al otro lado de la habitación.
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INOCENTE © » 1M8.
Romance❝Luego de ser sentenciada a cinco años de prisión por colaboración al narcotráfico, Olivia Carrington, una influyente y reconocida dama de los suburbios es enviada a un centro penitenciario de mínima seguridad a las afueras de Nueva York. Tras estar...