02- Quédate

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Simon estaba enamorado de Reneé

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Simon estaba enamorado de Reneé.

Lo negaba cada vez que Edith sacaba el tema a flote, pero en su mente, donde nadie más podía escuchar, lo admitía una y otra vez.

Pero, ¿podían culparlo?

No.

Reneé era graciosa, atenta, bonita, lo ayudaba en todo y lo enfrentaba como nadie.

Pero Simon estaba lejos de agradarse por esos sentimientos. Sabía que querer a Reneé estaba mal en cualquier sentido. Él era un hombre honorable, y estaba comprometido con alguien más. Debía olvidar a esa chica de ojos verdosos y enfocarse en su vida, en su futuro. Al final del día eso era lo único que importaba...

Hasta que Reneé volvía a aparecer en sus pensamientos, y todo se iba a la mierda.

—Simon —alguien le hablaba. Un eco... ¿Debería responder?—. ¡Simon!

—¿Uh?

—Aún no me has dicho qué hiciste la noche de navidad —se quejó Scarlett estirando las cortinas.

—Ha pasado casi un mes, ¿y sigues con eso? —espetó Simon desde la mesa, terminando su almuerzo. La observó colgar las cortinas nuevas, de un color amarillo intenso, e hizo una mueca. ¿Qué clase de color era ese? ¿Por qué amarillo? Parecía que la tela tenía hepatitis, o como diría Chase, la bilirrubina alta. Dios. ¿No pudo escoger un color pastel? ¿Qué había de malo con las cortinas beige que él ya tenía?

—Te esperé durante toda la noche, Simon. Dijiste que cenarías con tus padres y que luego irías a verme, y no llegaste. ¡No llegaste!

—Salí con Chase —mintió.

—¡Ah! Ese maldito parrandero.

—Es mi amigo.

—Es un desperdicio, Simon. Siempre lo he dicho. Tiene el talento necesario para llevar su carrera a lo más alto, y se conforma con nada, sólo para irse al bar más cercano cada fin de semana.

Al menos es más feliz que yo, pensó Simon con amargura.

Se levantó y caminó hacia la habitación.

¿Por qué no le había dicho dónde estuvo en realidad la noche de navidad?

Porque estuvo con Reneé.

Y ese nombre parecía ser un interruptor en la ira de Scarlett. ¿Por qué se enojaba tanto? Simon no tenía idea y tampoco le interesaba saber.

—¿Simon? Oye, ¿dónde estuviste antes de la hora de almuerzo?

Con Reneé también. Tampoco pensaba decirlo.

—¡Te estoy hablando! ¿Me vas a ayudar?

—No —respondió, cerrando la puerta. Si Scarlett quería cambiar las cortinas, tendría que arreglárselas sola.

Reneé ©  ✔️Where stories live. Discover now