HISTORIA COMPLETA
¿Existe un sentimiento peor que el amor?
Según Simon Blackwood, sí: la culpa.
Libro 2.5 de la trilogía "Guerreros Contemporáneos"
Se recomienda leer antes "Los principios de Oliver".
Todos los libros están completos y disponibles e...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
En los últimos años, Reneé había tenido incontables recuerdos bonitos, felices e inolvidables.
Su graduación fue uno de ellos.
Recibir su diploma al fin, luego de años estudiando, fue satisfactorio y culminante. Era una profesional, y de las mejores de su generación. Se sentía tan conforme, tan realizada.
La ceremonia terminó y Reneé pudo bajar del escenario luego de una última foto grupal. Buscó con la mirada a Simon y antes de encontrarlo, vio a Cameron acercándose a ella corriendo a toda velocidad, serpenteando entre los demás invitados hasta que chocó contra ella.
—¡Felicidadeeeeeees!
Reneé rió y se agachó para darle un abrazo.
—Gracias, bebé. ¿Dónde está tu papá?
—¡Ahí viene!
Simon llegó junto a ellos, seguido de Charlie y Ray. Los tres se turnaron para abrazar a Reneé, felicitándola.
—Sabía que lo lograrías —dijo Simon, robándole un casto beso.
—Felicidades, pequeña —dijo su padre con los ojos brillantes de orgullo.
—Lo hiciste —susurró Ray al final—. Te felicito, hermana.
Reneé apenas pudo hablar de la emoción.
—El estacionamiento debe ser un caos, me adelantaré para esperarlos en la entrada —dijo Charlie.
—Yo voy contigo —lo siguió Ray—. ¿Vamos, Cam?
—Bueno —el pequeño se volteó y caminó un par de pasos, luego se detuvo y miró hacia atrás con una sonrisa inocente—. ¿Puedo ir?
Simon y Reneé sonrieron.
—Puedes ir, hijo. No te separes del abuelo y de Ray.
Cameron asintió y corrió hasta tomar la mano de Ray. Reneé volvió a mirar su diploma y suspiró.
—Siento como si se me hubiese quitado una gran carga de los hombros. Necesitaba esto —Simon le acarició la mejilla con ternura—. Y no lo hubiese logrado sin tu apoyo —él movió la cabeza, pero Reneé continuó—: Es la verdad. Tu aliento cada vez que me sentía cansada, tu ayuda cuidando a Cameron, estando ahí para mí siempre... Este logro te pertenece tanto como a mí.
Simon le besó la frente, luego la nariz.
—Alentarte es lo menos que podía hacer. Y Cameron es responsabilidad de ambos, así que repartirnos sus travesuras es lo justo —Reneé sonrió—. Este es un logro más de los muchos que tendrás, amor. Y hablando de amor, creo que dejaré un par de corazones rotos.
—¿De qué hablas?
—Algunas de tus compañeras me miran como si quisieran comerme con sal y pimienta.
