35- Verdades y nuevos comienzos, pt. 2

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- CAPÍTULO FINAL -

- Parte 2 -

Era un domingo soleado y caluroso

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Era un domingo soleado y caluroso. Reneé bajó del auto y se aseguró de que estaban frente a la casa correcta, se acercó a la puerta y tocó el timbre.

Simon llegó a su lado y esperaron juntos.

—Creo que no hay nadie —dijo él, apretando el timbre nuevamente.

—Al parecer... —Reneé miró alrededor y se dio cuenta de que el cable del timbre estaba desconectado—. No funciona, espera —tocó la puerta con el puño y esperaron nuevamente, aunque no por mucho porque rápidamente la puerta se abrió y June apareció llevando pijamas y el cabello recogido en un rodete.

—¡Hola! —exclamó sorprendida—. ¿Qué hacen aquí?

—Vinimos a visitarte —dijo Reneé, preguntándose si había sido una buena idea llegar de sorpresa. Tal vez lo mejor habría sido consultarle a June si quería o no visitas—. Pero si estás ocupada, no importa.

—Sí —dijo Simon—. Podemos volver otro día.

—No, claro que no. Entren.

June se hizo a un lado para dejarlos entrar, pero Reneé le tomó el brazo y tiró de ella hacia afuera con una sonrisa gigante.

—De hecho... hay algo que queremos mostrarte.

—¿Qué cosa?

Avanzaron por el antejardín de vuelta hacia la calle y bastaron un par de segundos para que June viera lo que había tras el auto en el que habían llegado: otro auto, más pequeño, de color blanco y completamente nuevo con un listón gigante en el parabrisas. Klaus estaba afirmado junto a la puerta del copiloto como si posara para la portada de una revista.

—Buenas tardes, June —saludó, sonriendo de forma encantadora—. Ese pijama está precioso.

—El chico no viene incluido, se vende por separado —dijo Reneé.

—No entiendo —murmuró June, con una cara de sorpresa que revelaba lo mucho que entendía todo.

—El auto es para ti —dijo Simon—. Tómalo como un regalo de navidad adelantado.

Le extendió una cajita, June la tomó, la abrió y sacó de ella las llaves del auto que incluían un llavero de gato (cortesía de Klaus).

—Yo... ¿Qué? No puedo aceptarlo.

—¿Por qué siempre dicen eso? —comentó Klaus, aunque June no lo tomó en cuenta.

—¿Qué hay de tu auto, Simon? —preguntó ella.

—Estaba asegurado. Me lo devolverán en un par de semanas, más nuevo que antes. Y esto no es todo, mañana traemos tu bicicleta. Ya sea si quieres seguir salvando el planeta o hacer deporte, tendrás ambas opciones.

Reneé ©  ✔️Where stories live. Discover now