27- La sorpresa

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Cuando no obtuvo respuesta, Reneé preguntó de nuevo

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Cuando no obtuvo respuesta, Reneé preguntó de nuevo. No podía creer que Simon la hubiese llevado al departamoento de Chris a propósito, para enseñarla como una especie de trofeo... 

—¿Lo hiciste a propósito? Responde.

—¿Hacer qué a propósito, Reneé?

—¡Llevarme ahí! —Simon la miró si entender—. ¡Llevarme ahí para probar un punto, para demostrar que al final fuiste tú quien se quedó con la chica!

—¡¿Qué?! ¡Claro que no! ¿Cómo demonios se te ocurre decir eso? De haber sabido que Chase iba a aparecer interrumpiéndonos habría pagado un motel.

—Pues debiste hacerlo —espetó Reneé, bajándose del auto.

No esperó a Simon y llegó sola al departamento, cerrando la puerta al entrar; sabía que él tenía llave. Caminó hacia la habitación de Cam y entró. El pequeño dormía plácidamente, aunque había pateado la sábana al dormir, quedando descubierto. Reneé lo cubrió, besó su mejilla y se alejó hacia su antigua habitación. Billy dormía sobre la cama, su bastón reposaba a su lado y junto a la cama, sentado en el suelo, dormía Joel. La mano de Billy descansaba a centímetros de su cabeza, y Reneé se preguntó si Joel se había dormido así, mientras Billy le acariciaba el cabello.

Le tomó el hombro y lo sacudió suavemente, hasta despertarlo.

—¿Joel?

—¿Uhhm...?

—No puedes dormir así, mejor acuéstate en el sofá. Te daré una frazada.

Joel se levantó y se estiró, bostezando.

—Sólo estaba... cuidando de Cam.

Reneé levantó una ceja.

—Si estabas cuidando de Cam, ¿por qué estás aquí con Billy? —Joel no respondió y Reneé sonrió—. Gracias por quedarte con ellos. 

Le dio una frasada y vio a Joel recostarse en el sofá de la habitación, junto a la ventana. Luego se retiró dejando la puerta abierta para que a Simon no le diera un ataque.

—¿Quieres un té? —preguntó Simon cuando Reneé salió al pasillo y se lo encontró de frente, ella negó—. Reneé, tenemos que hablar de lo que pasó. No quiero que te quedes con la idea de que planeé todo para que esta noche saliera mal.

Ella suspiró y asintió, por la simple razón de que si se acostaba enojada y con dudas, no podría dormir y al día siguiente andaría con un dolor de cabeza de puta madre.

Se sentó en la isla de la cocina y se mantuvieron en silencio mientras Simon preparaba dos tazones de té. Él sólo comenzó a hablar cuando tomó asiento a su lado, y preguntó:

—¿En serio crees que te llevé al departamento de Chase para arruinar la cita más graciosa, relajada y excitante que había tenido hasta ahora?

—No para arruinar la cita, sino para sacarle celos a Chase —respondió Reneé, y Simon suspiró—. Es sólo que... Tú lo conoces. Debiste sospechar que algo así pasaría.

Reneé ©  ✔️Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz