03- Negación

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Los siguientes minutos fueron de absoluto caos

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Los siguientes minutos fueron de absoluto caos. 

Sirenas de ambulancias, de policías, ruidos de curiosos y de quienes intentaban poner orden alrededor se expandían pero llegaban a oídos de Simon como un eco. Vio como subían a Edith, aún inconsciente, a una ambulancia, pero él no se movió de donde estaba. El cuerpo de Reneé seguía tibio, su piel seguía suave. Él no pensaba moverse. 

Hasta que Joel habló:

—Ve con Edith.

—¿Uh? —Simon apenas reaccionó.

—El paramédico está preguntando quién de los dos irá. Tú la conoces más.

—¿Yo?

—Maldición. Oye, enfócate. Ya no puedes hacer nada por Reneé, pero Edith te necesita. La conoces más que yo, y si reacciona le hará bien ver a alguien conocido. 

—Sí... Pero... ¿Y Reneé? No podemos dejarla —le acarició el dorso de la mano, esperando que ella volviese a apretarlo. No pasó.

—Yo me quedaré. Tú vete con Edith.

Joel lo puso de pie sin encontrar resistencia, y Simon caminó como un zombie, subiéndose a la ambulancia sin dejar de mirar el cuerpo aún tendido sobre el suelo.

Cuando las puertas se cerraron, el paramédico comenzó a preguntarle cosas sobre Edith.

—¿Qué edad tiene la chica? ¿Sabes qué pasó? ¿Qué tipo de familiar eres?

—No sé... —fue lo único que Simon respondió.

Su mente estaba en otro lado, con el cuerpo de la chica muerta que había dejado atrás.

Dos horas después, Simon entró a la casa de sus padres y apenas le devolvió el saludo a la empleada que lo recibió

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Dos horas después, Simon entró a la casa de sus padres y apenas le devolvió el saludo a la empleada que lo recibió.

En cuanto se asomó al comedor, los cubiertos dejaron de sonar y todas las cabezas se voltearon a verlo. De seguro lucía horrible, su estado deplorable. Se había limpiado la sangre de las manos en el hospital, pero aún tenía la camisa roja y el alma destrozada.

Reneé ©  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora