22- Visitas inesperadas

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Capítulo largo, disfrútenlo.

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Reneé estaba tan feliz de tener a Cameron de vuelta, que creyó que nada en el mundo podría amargar su tarde

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Reneé estaba tan feliz de tener a Cameron de vuelta, que creyó que nada en el mundo podría amargar su tarde.

Estaba equivocada.

La llegada de la señora Blackwood con uno de sus hijos pareció romper la burbuja de alegría que envolvía el departamento, dando paso a un ambiente más frío y silencio a medida que los recién llegados entraban y Edith cerraba la puerta detrás de ellos.

—Buenas tardes —la sonrisa de la señora Blackwood titubeó mirando a su alrededor—. Simon, ¿no vas a saludarme?

Simon al fin reaccionó y caminó hacia ellos, envolviendo a su madre en un abrazo.

—Mamá... Qué sorpresa...

—Ya lo creo —murmuró Warner mirando a su alrededor con una expresión crítica. 

Era el tercero de los hermanos Blackwood, menor que Simon por casi tres años. Alto, delgado, de cabello castaño, nariz alargada y ojos grises como los de Simon. Sin duda era guapo, aunque lo habría sido mucho más si en su rostro hubiese existido indicio alguno de calidez.

—¡Eliza! —Charlie se acercó a la señora Blackwood y la saludó, ella por primera vez pareció sonreír con sinceridad. 

—Charlie, qué gusto verte. 

Warner pareció terminar su minucioso escrutinio por la habitación, y obviamente sus conclusiones no fueron buenas. Se apoderó de su rostro una expresión ligeramente asqueada, como si tuviese mierda delante de él.

—¿Vas a presentarnos a tus invitados o deberíamos saber quienes son, Simon? —preguntó con una sonrisa fría.

—Sí, por supuesto. Ellos son Joel...

—Mi hermano —lo interrumpió Edith, bastante orgullosa—. Sí, qué sorpresa. Es una larga historia, tía Eliza.

—...Reneé, y sus hermanos Ray y Cameron. Son nuestros amigos —terminó Simon.

—Hola —dijeron Ray y Joel al mismo tiempo.

—Buenas tardes —dijo Reneé, bastante consciente de sí misma y del apretón en el pecho que sintió al ser presentada como "amiga" de Simon. ¿Acaso esperaba algo más?

—Es un gusto conocerlos —respondió la señora Blackwood, aunque Reneé sospechó que aquella frase no fue más que cortesía—. Y... ¿qué celebran? —su mirada vagó por los juguetes, bolsas de regalo y papeles de colores esparcidos en la alfombra—. ¿El pequeño está de cumpleaños?

—No —dijo Simon—. Pero está de vuelta —no des detalles, no des detalles, no des detalles—. Deberían sentarse. ¿Quieren algo de beber?

Reneé ©  ✔️Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora