9

31 7 8
                                    

Al día siguiente continúo fingiendo estar deprimida y molesta como parte del plan de mi madre mientras me repito los pasos a seguir en mi cabeza con el objetivo de no permitirme olvidar nada:

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Al día siguiente continúo fingiendo estar deprimida y molesta como parte del plan de mi madre mientras me repito los pasos a seguir en mi cabeza con el objetivo de no permitirme olvidar nada:

1. No hablar con nadie en casa (incluyendo a Sarah).

2. Ir a la escuela luciendo como el día anterior para disimular apariencias.

3. Hablar con Levy.

4. Prepararme para esta noche.

Cuatro pasos que parecen sencillos, pero que cada vez se vuelven más complicados.

Hoy cuando Sarah me trajo el desayuno a la cama, para ahorrarme el incomodo momento con mis padres, ni siquiera la miré cuando ella intentó iniciar una conversación; aún tengo esa plática pendiente con ella, pero si quiero que todo salga bien y nadie logre sospechar nada; debo hacer mi mejor intento por ignorarla a pesar de que eso le rompa el corazón.

-Que tenga buen día, señorita Wrestler -Charles se despide apenas bajo del carro y al mirarlo la incomodidad es evidente en su rostro. Desearía decirle toda la verdad y suplicarle que regrese a casa y me disculpe con Sarah por haber sido tan grosera esta mañana, pero en cambio respondo con un corto «lo dudo», y continúo avanzando hacia la entrada sin mirar atrás.

Buscando por Levy en los pasillos, me encuentro con miradas disgustadas de mis compañeros ante el aparente desastre que cree con mi elección de vestimenta, peinado y maquillaje, pero hago mi mejor esfuerzo por ignorarlos mientras continúo buscando por mi amigo que cuando lo encuentro no parece tener ojos para nadie más que Jessica, quien tampoco parece tener intenciones de dejarlo ir.

Estos dos, siempre me hacen preguntarme por qué cuando las personas se enamoran se vuelven tan estúpidas que no son capaces de ver el resto del mundo a su alrededor y de pronto, solo tienen ojos para esa persona. Levy es la persona más brillante que conozco, pero al lado de la rubia, parece haber sido arrollado por un camión cuando era un bebé.

El timbre de la campana es mi salvación luego de que como de costumbre solo los observo completamente asqueada viendo como se devoran la cara el uno al otro y después me burlo cuando al fin se separan y sus labios están tan hinchados que parecen un par de salchichas en sus bocas.

De camino a clase de historia, no decimos nada y mientras el profesor Patell se esfuerza por explicar la segunda guerra mundial, me resulta imposible concentrarme y dejar de pensar en el plan de mi madre con la sensación de que algo falta. No es hasta el cambio de clase que finalmente me armo de valor para pedirle a Levy un momento para hablar; y terminamos escabulléndonos a su camioneta en el estacionamiento de la escuela.

-No tienes idea de cuanto odio a ese hombre -reconoce cuando termino de contarle todo lo que me dijo mi madre.

-Ya somos dos.

-Cuando mi madre lo descubra, te juro que haremos que pague por todo lo que ha hecho. Wen Hoffman es un desperdicio de aire... que digo, es un desperdicio de... -habla rápido, como usualmente lo hace cuando está nervioso o extremadamente molesto, y de poder hacerlo, estoy más que segura que ahora mismo estaría caminando en círculos.

EL CÓDIGO QUE NOS UNE (Edición Final) ©Where stories live. Discover now