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No pude haber empacado algo peor de lo que decidí traer a este viaje

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No pude haber empacado algo peor de lo que decidí traer a este viaje.

Lo único que me queda de ropa limpia son dos playeras que serían horrendas para salir en una cita, y una de ellas la viste Alison, así que mi única opción es vestirme con la playera de «Yo❤️ S.F» que de alguna manera logró colarse en mi equipaje.

Estoy hecha un manojo de nervios para cuando se acerca la hora de la cita, y mientras me arreglo el cabello intentando lucir lo más decente posible, Alison me observa con atención.

-¿Qué es eso? -pregunta tocando el llamativo dibujo de la playera.

-Un corazón -contesto.

-Eso no parece un corazón -alega con una mueca en la cara.

-Es un dibujo de un corazón -contesto.

-Pero no luce como un corazón -insiste-. Papi me enseñó el mío y no es así -señala.

-¿Te lo enseñó?

Ella asiente.

-Se llama radiografía y es enoooorme -salta-. ¿Tu tienes un corazón?

Me río ante su inocente pregunta y después asiento.

-Todos lo hacen, aunque a veces no lo parezca -comentó poniéndome un poco de brillo labial.

-Yo... corazón... ese... efe -lee-. No lo entiendo.

Se deja caer en la cama y luego gira siendo incapaz de quedarse en un solo lugar.

-Es porque estás leyéndolo mal -me siento a su lado y luego señalo cada letra en la playera.

-Yo... amo... San Francisco -leo-. El corazón sustituye otra palabra.

-Yo amo San Francisco -repite-. ¿Qué es amo?

-Amar es como querer mucho a algo -contesto-. Como el chocolate.

-¡Me gusta mucho el chocolate! -sonríe y yo asiento.

-Exacto. Amas el chocolate -explico.

-¡Amo el chocolate! -salta en la cama sobre sus rodillas, llena de hiperactividad por el efecto del azúcar en su pequeño cuerpo-. ¡Yo amo San Francisco! ¡Lo entiendo!

Es casi como si hubiera sido planeado que en el momento que Alison se cae de la cama por saltar en ella, Dylan llama a la puerta y el reloj en la pared, marca exactamente las 7pm.

En cuestión de segundos me preparo mentalmente para el llanto insensible que la niña soltara ante tremendo susto, pero en cambio, ella solo se soba los codos y la cabeza cuando consigue ponerse de pie.

-Aww -es todo lo que dice.

-¿Te lastimaste? -inquiero y ella tan solo baja la mirada-. No es buena idea saltar en la cama -la corrijo antes de que Dylan golpee de nuevo la puerta.

EL CÓDIGO QUE NOS UNE (Edición Final) ©Where stories live. Discover now