28

26 5 29
                                    

Dylan está sujetando mi mano cuando despierto en una pequeña sala de juntas

Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.

Dylan está sujetando mi mano cuando despierto en una pequeña sala de juntas. Tengo un cable conectado a mi antebrazo con una intravenosa que gotea un líquido transparente.

-Hola -murmura al notar que me desoriento y me da un pequeño beso.

-¿Qué pasó? -pregunto verdaderamente confundida-. ¿Cómo llegué aquí? ¿Qué... qué es este lugar?

-Te desmayaste- responde corto y preciso.

-¿Por qué? ¿Cómo?

-Los paramédicos piensan que pudo haber sido un colapso nervioso -me explica-, aunque tu madre piensa diferente debido a tu ahora constante falta de energía.

-Necesito volver -lo ignoro.

-Tu madre, me dio órdenes de...

En un solo movimiento, me arranco la intravenosa del brazo que duele horriblemente y me sangra, pero intento ignorarlo poniéndome de pie.

-Mierda -Dylan se apresura a entregarme un montón de servilletas que estaban junto a una cafetera en la esquina de la habitación y detengo la poca sangre que sale antes de emprender mi camino de vuelta a la corte-. Va a matarme si regresas -me advierte siguiéndome por el corredor.

-Nadie va a matarte y técnicamente ella ni siquiera es mi madre, así que, no tienes nada que temer -respondo antes de que un guardia en la entrada abra las pesadas puertas de la sala para nosotros.

Al entrar, es precisamente mi madre quien está en el estrado siendo interrogada por el odioso anciano. Me ve entrar, pero hago todo lo posible por ignorar su mirada.

-¿Doctora Wrestler, alguna vez durante una prueba escuchó a la niña negarse a cooperar?

-Su señoría, las pruebas son agotadoras para una niña de su edad y no tienen razón de ser -contesta ella mirando al juez que claramente ignora sus palabras.

-¿Alguna vez durante la prueba escuchó a la niña decir que no quería hacerlo?

-No- confiesa.

-¿Qué la hizo pensar entonces que la niña quería salir del laboratorio?

La pregunta consigue indignarme tan pronto la escucho.

-El hecho de que es una niña- responde mi madre-. ¿Le parece posible que ella pidiera salir de ese lugar sin saber que hay algo fuera de él? Todos ustedes están locos si piensan por un momento que esos niños están conformes con...

-La defensa descansa, su señoría -interrumpe el abogado regresando a su lugar y tan pronto como eso pasa llaman al siguiente testigo.

-El juzgado llama al doctor Wendell Riley Hoffman al estrado.

Wen se pone de pie, seguro de sí mismo y sube guiado por el guardia para intercambiar lugares con mi madre.

Clarisse es quien lo interroga y por su mirada y postura puedo decir que está más que preparada para este hombre.

EL CÓDIGO QUE NOS UNE (Edición Final) ©Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon