Capítulo 58

52.2K 3.4K 358
                                    

Dylan

—No tienes que venir si no quieres, no pienses que esto va a remediar lo que siento por ti—Hablo cortante Rebeca a su padre.

Hace ya unas horas que nos salimos de entre las personas y ese maldito puente. Lo primero que quiso hacer Rebeca, después de que la atendieran las autoridades y le rogaran ir a terapia en las tardes durante la semana, no fue ir a casa, sino que pidió ir a ver a su mamá y yo no estaba para nada inconforme.

—Quiero ver a tu madre, me preocupa. —le conto su padre una vez que estábamos de camino al hospital donde se encontraba la señora Mendes.

—Si te hubiera preocupado...

—¿Puedo ayudarles? —Preguntó una enfermera detrás del mostrador interrumpiendo a la morocha.

Rebeca fue la primera que hablo y dio los datos de la persona que quería ver. Y aquella señora dijo que estaba bien, la única condición era: si queríamos verla era uno por uno. Aunque eso sonara bien para los oídos de la familia Mendes, la madre de Rebeca no había despertado aun.

—Vamos—dijo Rebert caminando enfrente de nosotros. Pude sentir a mi lado como mi novia suspiraba con incomodidad.

—¿Todo bien? —le preguntaré mientras caminábamos al elevador. Su mirada quedo en la mía, dedicándome una sonrisa leve.

—Si... ¿tu estas bien? —me pregunto cuando entramos en aquella caja. Su padre pico el piso número 5 antes de dedicarme una sonrisa que no respondí.

Fruncí el ceño y asentí volviendo con Rebeca. Digo, todavía me aterra pensar en lo que hace una hora paso con ella...Dios, ella estaba a punto de morir si yo no hubiera llegado. Aun así, agradezco que yo haya estado a tiempo...lo que no quiero es que cuando vea a su mamá, se sienta más afectada.

—Yo estoy bien—bese un costado de su cabeza. Escuche una leve risa. —¿qué?

—Si estas tan bien como dices, entonces deja de apretar mi mano así.

Ambos bajamos la mirada a nuestras manos entrelazadas y rápidamente afloje el agarre en su mano dejándolo mucho más libre.

—Lo siento—le sonreí algo divertido por aquello. Bueno, si estaba algo preocupado.

—No pasa nada.

Las puertas se abrieron y nosotros bajamos después de su papá.

—Se comporta como si estuviera al mando—dijo Rebeca entrecerrando los ojos hacia su padre que caminaba en frente de nosotros.

—Así lo ha hecho desde que llego al colegio, no te sorprendas.

Ella sonrió y se detuvo en frente de la puerta donde detrás estaba su mamá. Sus ojos reflejaban inseguridad, pero me demostró que ella podría sola cuando estuve a poco tiempo de decirle que yo la acompañaría.

—Tú vas primero, hija—Dijo el señor Mendes mientras se sentaba en una de espera fuera de la habitación. Pude casi escuchar como Rebeca bufaba y negaba con la cabeza, ella definitivamente ya no quería nada con su padre.

—¿Tú vas a ver a mi madre? —pregunto mi novia hacia mí.

Su pregunta sonó con tanta inocencia. Pero el problema era que cuando entrara con su madre... ¿qué carajos diría?, he hablado con su mamá un par de veces, pero nada como esto...es extraño si lo ve así. ¿Me siento y me pongo a leer una revista?, yo creo que no.

<<Deja de ser un pesado>> regañé.

Los ojos de la castaña me hicieron retorcerme en el interior, no quería pasar por que tenía vergüenza, vergüenza de no saber que decirle a una persona en este estado de coma. Suspire.

—Si eso quieres.

Al final me dedico una media sonrisa y después estiro la mano para alcanzar la perilla de la puerta. Yo pude ver como se debatía en su interior si quería entrar de verdad o no. Pero de todos modos lo hizo.


Cuando la puerta se cerró, solté un bocado de aire que ni si quiera sabía que tenía contenido. Camine hacia una de las sillas que estaban afuera de la habitación y me senté en una, sacar mi teléfono y enviar un mensaje a mamá diciéndole que llegaríamos tarde para comer.

Mi madre me había dicho que llegáramos porque quería comer con Rebeca y conmigo, pero por motivos muy notables creo que llegaremos tarde. Últimamente la busca mucho y se llevan bien, supongo. Solo espero que no vea la televisión o que una de sus chismosas amigas le digan lo de mi novia si es que lo llega a ver. No quiero que se preocupe y que haga un alboroto de esto.

—¿La notas bien? —preguntó a mi lado el papá de mi novia. No fue intencional, pero juro que sentí como mis facciones se volvían serias, más de lo normal. Como tratando de decir "¿no vio lo de hace rato?"

—¿Usted qué cree? —conteste sarcástico, no molestándome en ser cortes, no tenía por qué serlo, si el sabia mi actitud.

—¿Y su mamá?

Rodé los ojos y volví mi vista a mi teléfono sintiendo que nada de esto valía la pena.

—Realmente las preguntas que me está haciendo son estúpidas en mi opinión.

—Trato de entablar una conversación...—le corte.

—No se moleste.

Una risa se escuchó de su parte mientras yo no hacía nada más que ver el fondo de pantalla de mi teléfono, el cual era Rebeca con una sonrisa. Me sentía afortunado de tener una fotografía donde ella lucia feliz de verdad.

—Veo que sigues siendo el mismo chico rudo. ¿Te sigues peleando en la escuela?...recuerdo que te decían el chico vende drogas.

—No. En la escuela siempre van a crear rumores.

—¿Has ido a orientación?

—No.

Agradecí cuando se quedó todo en silencio y mejor desvíe la mirada a otro lugar. Esto es incómodo para mí, no me da vergüenza, si no que odio estar con personas que tratan de agradarte. Y él aun lo seguía intentado desde que fue mi orientador, como si de verdad yo fuera a ser su amigo. Amigo de un cincuentero.

En ese momento sentí mi teléfono vibrar, y de nuevo dirigí mi vista hacia la pequeña pantalla. Era un mensaje.

Tyler: Los chicos vieron lo que sucedió con Beca en el puente...¿ella está bien?, Bro, todos queremos verla.

Dylan: Ella está bien... ¿todos?, especifícate más.

Tyler: Toda la "banda".

Dylan: veré si ella quiere.

Tyler: De acuerdo, avísame que estamos preocupados.

Fruncí el ceño y me pregunte si Rebeca querría ir a ver a sus amigos. Tal vez no tenga ánimos, o simplemente le da miedo al rechazo como la vez anterior.

La puerta de la habitación se abrió y de ahí salió ella, dedicándome una media sonrisa.

—No ha despertado—susurro casi inaudible. Me pare de mi asiento y le estire una mano para que la tomara.

—Ven.

Al tomar mi mano tire de ella y la abrace. Solo no quiero que vuelva a caer en la tristeza.

Y lo peor es que todo parecía ir mejor en mi vida con ella dentro, pero conmigo en la suya...todo empeoraba para ella.


Intocable ➳ DO'B©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora