Capítulo 35

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Rebeca

Abrí los ojos perezosamente, parecía como si todo estuviera color vivo y me lastimara la vista. Fruncí el ceño y después me di cuenta de que estaba en la casa de los padres de Dylan. También recordé todo lo que paso a noche, desde los recuerdos malos hasta los buenos, creo que me quedo con los buenos.

En frente mío estaba el columpio de llanta a través de la ventana, meciéndose con el aire.

Mire hacia el baño cuando escuche que se abrió, era Dylan colocándose una playera color negro, tenía el cabello húmedo por lo que supongo que se dio una ducha.

Sonreí y me senté en la cama.

—Buenos días—susurre—¿Puedo usar tu baño? —pregunte con una sonrisa.

—Buenos días—Saludo y luego señaló el baño para que yo entrara.


Tome mi mochila y cerré la puerta detrás mío. Me mire al grande espejo que ya hacía en frente del lavabo, estaba despeinada y suerte que no use maquillaje porque si no estaría hecha un desastre. De mi mochila saque unos shorts color negro, un suéter holgado con una estrella, y mis
Vans. Me di una ducha relajante y cuando salí me lave los dientes, cepille mi cabello, lo deje suelto para que secara.

"Tal vez, pero por ti."

Recordar ese momento me hizo sonreír, el técnicamente había dicho que yo le gustaba.

Me maquille un poco y salí del baño, no estaba Dylan así que supuse que estaría en la sala y así era, estaba sentado en el sofá tecleando en su teléfono.

—Buenos días—volví a decir pero esta vez en forma de canto con una sonrisa para llamar su atención. Dylan levanto la vista, me dio una ojeada y sonrió de lado por medio segundo. No dijo nada y volvió a su teléfono.

<<A pesar de todo, sigue siendo el mismo amargado>>

Camine hacia él, le quite el teléfono y lo puse a un costado, me senté sobre su regazo con ambas piernas a su costado para después, darle un beso en los labios.


Dylan sonrió colocando sus manos en mi cadera.

—¿Esa es tu forma de saludar ahora?

—¿Te incomoda? —pregunte, con toda la intención de quitarme de encima suyo.

Él negó con la cabeza y volvió a besarme sin dejar de acerolo.

Nuestras bocas se movían a un ritmo perfecto, y juro que no quería que terminara. Mis manos instintivamente viajaron de su pecho hasta la parte posterior de su cabeza, ahí tome su cabello y di pequeños tirones. Casi me derrito cuando por primera vez sentí como su lengua se adentraba a mi boca y jugaba con la mía de una forma que nunca experimente.

De un momento a otro el chico al que quería estaba enésima mío, besando mi cuello sensualmente. En varias situaciones solté gemidos que me hacían sentir tonta y más cuando Dylan sonreía con victoria de ello.

Nuestros labios se volvieron a juntar cuando sentí como la tibia mano de Dylan acariciaba mi piel por debajo de mi suéter. Yo por mi parte profundice más el beso...sabía que esto estaba mal...pero el deseo carnal era tanto...

—Dylan... —susurre casi sin aire por los besos húmedos que daba debajo justo en mi cuello. Arquee mi espalda cuando sentí una mordida—Dylan...tenemos que ir... —solté un suspiro—Hay Dios...no puede ser.

Con todas las fuerzas del mundo que me quedaban, coloque ambas manos en el pecho del guapo castaño y soltando un pequeño grito, lo empuje.

—¡Tenemos que ir a la escuela, por Dios! —Mi respiración era agitada. Pero ver a Dylan quejándose por que se pegó en la rodilla al caer me hizo soltar una carcajada. —¡Lo siento!, de veras lo siento—Estalle en risas.

—¿Tenías que tumbarme? —se levantó del suelo con una mueca de dolor.

—Nunca iba a terminar sino lo hacía.

—Lo que sea. —menciono en tono serio, típico de él.

—Llegaremos tarde—le recordé y el asintió para ir por las llaves del auto.

Me pare de aquel sillón, sintiendo un cosquilleo extraño por lo que acababa de experimentar, realmente una situación así, tan linda y deseosa, se me hubiera pasado por la mente. No tengo experiencia en esto, no sé cómo manejar las manos ni tampoco lo que le gustaría. Y si hubiera pasado, Dylan seria mi primera vez.

Fui por mi pequeña maleta, que estaba adentro de otra mochila "de supervivencia" que traje. Ahí tenía como uno o dos cuadernos, los demás están en el casillero.

Lo espere en la puerta principal ya no se quejaba por su rodilla, pero me dio risa de todos modos cuando lo vi salir de la casa.

—Sí, sigue riendo—rodo sus ojos castaños y después abrió la puerta, haciéndome señas para que entrara, eso hice.

—En verdad, lo siento—reí todavía.

—No, no lo sientes.

—Si, si lo siento.

—No... —ni siquiera le di tiempo de terminar por que le di un corto beso en los labios justo cuando se adentró al auto.

—¿Si, si lo siento?

Él sonrió y encendió el auto, haciéndolo rugir.

—Digamos que sí.




Cuando llegamos al estacionamiento de la escuela, solté un suspiro al ver que todas las personas que estaban en el estacionamiento miraban hacia acá, todas percatándose de la presencia del auto de Dylan: El chico que siempre ha estado aislado de los demás, con un pasado curioso e...intocable.

—Eres popular—moleste a Dylan sin salir del auto. Y al no hacerlo, los demás alumnos empezaron a perder el interés.

—¿Que harás con tu papá? —preguntó cambiando de tema por completo. Me gire a verlo y me encogí de hombros sintiendo ardor en mi pecho, uno cercano a la tristeza.

—Dejare que él hable primero, yo ya hice mucho de mi parte. —Dije y Dylan asintió comprendiéndome.—Pero la pregunta es—Me acomode en el asiento para verlo mejor—¿Otra vez la imagen de chico malo y yo otra vez la imagen de chica nueva...esa imagen de: no te conozco dentro del colegio?

El chico frente a mi sonrió de lado.

—Solo espero que estés lista para los sermones y rumores que se harán.

Fruncí el ceño.

—¿Por qué?

—Ven.

El corazón me latió demasiado cuando el castaño, bajo del auto apartando la llave de este, apagándolo por completo. Después rodeo el vehículo con su expresión tranquila e inalcanzable, abrió mi puerta para luego estirar su mano y que yo la tomara para cuando saliera del Mustang, eso hice, y miles de sensaciones; tibias y cosquillosas pasaron por mi cuerpo cuando caminamos juntos.

Creí que todo terminaría cuando desato su mano de la mía, pero lo que vino fue bastante bueno: Sentí su brazo tomarme por la cintura y acercarme a él, rozando su cuerpo con el mío, no puede evitarlo, pero eso me hizo sonrojar.

Esto era diferente, ahora estábamos en frente de todos.

¡Ahora todas las gatas sabían que Dylan O'Brien era mío!

Los susurros y señalamientos no se hicieron esperar, pues la chica nueva estaba con el chico Intocable.

Nos detuvimos en mi casillero, y cuando lo abrí empecé a sacar algunos cuadernos. Volví a cerrarlo y me gire para sonreírle a Dylan cuando una vaga idea paso por m mente...

—Pensaran que eres mi novio.

Él lamio sus labios para humedecerlos.

—¿No lo soy?...


...



Intocable ➳ DO'B©Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt