Capítulo 41

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Rebeca

Hoy era lunes, por una parte estaba mal y por la otra bien. Mala, porque tal vez vería a mi padre, y buena porque tengo cuatro horas con Dylan en Química y Álgebra. Y Cuando llegamos al colegio, ambos fuimos directo a mi casillero para cambiar mis cuadernos y ponerme al día.

Todo esto me causaba gracia al inicio, pero Dylan se estaba poniendo tan pesado y distante conmigo por solamente hablar con Marcus ayer por la noche como a eso de las 11: 00 p.m. Y lo más gracioso era que él pobre chico solo me estaba cuestionando sobre Harry Evans que estaba asistiendo a la misma fiesta que él, parecía que a Marcus le había gustado bastante, pero la plática se llevó más hacia el objetivo de mis sospechas "Gay" hacia el chico con rulos. Tanto charle con Marcus que Dylan llego a encelarse, y cuando colgué trate de llamarle pero este ya se había hecho el dormido.

—¿Vas a seguir ignorándome y dejándome atrás? —le pregunte mientras trataba de alcanzarlo casi corriendo, pero a comparación de las grandes zancadas del castaño, las mías eran ni la mitad de las suyas. Pero este no me contesto—Dylan...—volví a maullar su nombre—¿Dylan?...¡O'Brien! —grite fuerte, pareciendo un perrito detrás de él.

Algunos estudiantes giraron a verme con extrañes y diversión, como si ya supieran que lo nuestro entre Dylan y yo no había funcionado.

Odiaba que la gente no pudiera superar que estemos juntos... Sé que estoy "fea": Cabello castaño, ojos verdes opaco, aspecto bronceado y vestimenta algo sencilla...pero no es para tanto...

Vi como Gabriela nos observa desde lejos, como entre queriendo venir y no. Pero luego miro a Dylan y mejor se quedó hablando con Ashley, la cual me fulminaba con la mirada... desde siempre.

—Hey, Rebeca—me llamo un chico que ni siquiera conocía

—Becky o Beca, pero no Rebeca, por favor—le dedique una mirada sarcástica. Lo siento, pero ya era muy temprano y no estaba del todo feliz. Además, se supone que todos saben que odio mi nombre.

—Nos vemos en clases—el chico rubio me guiño un ojo coquetamente y se fue quedo recargado en su casillero con sus demás amigos como si nada hubiera pasado y lanzarle piropos a las chicas fuera de lo más normal. Bueno, al menos a mí, en Puerto Vallarta no me decían nada igual. Todo comenzó cuando conocí a Dylan.

Fruncí el ceño y sonreí extrañada hacia él chico.

Levante la mirada y me encontré con la de Dylan, estaba que echaba humo mientras miraba como yo le había sonreído de todos modos al tipo. Sabía que él odiaba que las personas abusaran de otras, pero un piropo a mí no me irritaba.

Llegamos a mi casillero.

—Creo que soy popular—me reí encogiéndome de hombros, aunque todo aquello lo había pronunciado con sarcasmo. Dylan pareció no causarle gracia, y de la nada, sin previo aviso, cerro mi casillero para pegar su cuerpo al mío en los casilleros haciendo un sonido metálico que llego a lastimarme los oídos. Gire a ver hacia mi derecha, y pude ver a algunos estudiantes observaban—Oye tranqu...

Sus labios quedaron en los míos, y de inmediato correspondí sin poder negar que me gustaban sus besos, como negarme si besaba excelente. Abrí mi boca un poco para dar acceso libre a su lengua, invitándola a jugar con la mía.

Esto...esto es...¡Si vamos a hacer esto todos los días por mí no hay problema!

Poco a poco se separó de mí, pero sin romper la cercanía.

—¿A que vino eso? —susurre mirando sus ojos castaños mientras fruncía las cejas juntas. Él miro por encima de su hombro al mismo grupo de chicos del cual pertenecía el rubio de antes, pero en cuanto se dieron cuenta de la mirada fría de mi novio, se fueron abucheando al chico con burlas. Sonreí con picardía—¿sigues celoso?

—No, ya no. —Me sonrió de lado por medio segundo. —mientras solo seas mía, estamos bien.

Sentí mariposas en mi estómago.


—Solo tuya.

Intocable ➳ DO'B©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora