𝐑𝐄𝐍𝐄𝐆𝐀𝐃𝐎𝐒 || ELITE

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Aldana golpeó su cabeza con frustración mientras que su respiración comenzaba a acelerarse. "¿que mierda había sucedido?". Su cabeza no daba razón al por qué ella había hablado de aquella manera de sentimientos que no eran verdaderos.

— Me lleva la verga.— Exclamó ella después de varios años sin utilizar su léxico mexicano, pero aquella frase era la única que podía expresar el arrepentimiento que sentía.

Ella no amaba a Guzmán, y aquella noche se habían aclarado sus sentimientos. Le quería, era obvio. Pero amarlo como había profanado horas antes, eso sin duda no era verdad.

Su mente comenzaba a ser un lío cuando pensaba que al fin podría tener algo de sentido. Por una parte estaba Enzo, que se esforzaba por formar parte de la vida.

El la hacía sentir bien, y eso era algo que no era muy fácil de conseguir después de Polo. Le encantaba su sonrisa y la forma en que brillaban sus ojos al momento de mirarla.

Pero no podía dejar de sentir que algo le faltaba.

Enzo era bueno, probablemente mejor que todos sus amores pasados, Pero ella sentía que el chico solamente perdía su tiempo estando detrás de la chica.

Sabía que podía llegar a enamorarse de él si lo quisiera, pero ella no creía que estaba lista para poder amar a alguien más.

Aldana odiaba a Polo por no dejarla respirar con tranquilidad y seguir adelante. Por que por mas que tratara de convencer a los demás de querer seguir adelante, ella seguía estancada y no creía que había avanzado desde la muerte de Marina.

Sabía que no sería fácil, eso era lo que todas las perdonas le decían. Por que cuando sales de un amor sintiéndote insuficiente, se siente como si nunca pudieras llegar a curarte.

El era mucho mejor, pero eso no era suficiente si no podía superar la forma en que la el solía observarla. Y de cómo Pool se fue tan repentinamente de su vida.

Ella quería amarlo, pero ella aún no estaba lista para hacerlo.

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— ¿Así que esto es todo?— Enzo pregunto con la mirada cabizbaja.

— Lo lamentó.— Ella susurró mientras negaba con la cabeza.

— No tienes por que disculparte.— El hablo.— No es tu culpa aún no estar lista, y lo entiendo.

Aldana tomó un suspiro al momento que Enzo salió del aula de clase. Ella mordió su labio con la esperanza de que las lágrimas no salieran de sus ojos, pero esto fue en vano cuando por la puerta Samuel entraba observando a la chica.

— Perdona, se me ha olvidado mi libro.— Samuel señaló el libro detrás de ella. Ella tomó el libro y de lo extendió.— ¿Estas bien?.

Aldana por primera vez en mucho tiempo hablo con la verdad y negó con la cabeza.

— No, no estoy bien.— Aldana limpio su nariz.— La verdad es que me vendría bien un abrazo.

— Vale.— Samuel se acercó a ella y rodeó sus brazos detrás de su espalda. Ella recargó su cabeza en su hombro dejando que las lágrimas salieran.— ¿Quieres hablarlos?.

— Preferiría no hacerlo.

Después de unos minutos Aldana se separó de él y rápidamente limpio sus lágrimas a la vista del chico.

— Puedo invitarte algo para que te sientas mejor.— Samuel hablo buscando una solución.— No alcanzaría para mucho pero...

— Si, me gustaría mucho.

Samuel estaba por salir del aula pero las palabras de Aldana lo detuvieron.

— Perdona.— Aldana habló mientras tocaba su cabello con nervios.— Que pase mucho tiempo culpándote de toda esta mierda y nunca pensé que fueras tú el que fuera a ayudarme. Todos los demás se han ido y solo quedamos nosotros, las personas más diferentes de todo el condado. Pero era todo, gracias.

Samuel sonrió ligeramente mientras le extendía la mano a la chica alentando a que lo acompañara.

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— ¿Por que crees que besaste a Guzmán?— Maria su psicología pregunto.

— No se, celos, enojo, despecho.— Aldana mencionó sin importancia.

— Yo creo que tu subconsciente te hizo pensar que regresando con el podrías regresar al inicio, como al principio del colegio.

— Puede que si, ¿y que?— Aldana pregunto con un poco de enojo.— Pero ahora eso no importa por que perderé a una de las personas más importantes de mi vida, acabo de perder al amor de mi vida y acabo de perder al chico que podría haber sacado del puto hoyo.— Aldana se levantó de su silla y camino por la habitación antes de regresar a su asiento.— Estoy cansada de perderlo todo.

— Nadie puede sacarte del hoyo si tú no lo intentas primero.— María dejó su libreta y observó a la chica.— Nadie es el transporte de nadie y tenemos que nosotros mismos encontrar nuestra forma de caminar, arrastrarnos o correr fuera del lugar que no queremos estar. Pero nadie puede hacerlo por nosotros.

— Bueno, ¿y ahora que?— Aldana habló sin interés.— Ya no podré ir al colegio por que se me cae la cara de vergüenza.

— Pero te gusta dar clase.

— Si.

— ¿Ese no es un motivo suficiente para regresar?.

— ¿Y que hago con Guzmán?— Aldana pregunto.— Me matará si sabe que no siento todo lo que le dije aquella noche.

— No lo sabremos hasta que se lo digas.

— ¿Y como se lo digo?— Ella frunció el ceño.— "Hola, Guzmán, fíjate que lo de aquella me salió del coño decírtelo y que la verdad creo que estoy loca por que todo aquello era una mentira y te hice que engañaras a tu novia", No se tu pero como que eso...— Aldana alzo los hombros.— Como que no es muy fácil de decir.

— Podrías escribirle una carta.

Aldana se quedó pensando varios segundos pensando.

— ¿Y le escribo eso que te dije o...

— Preferiría algo más sutil.

— Vale.— Aldana asintió con la cabeza levantándose de su asiento.— Joder, que hablar con una mujer en los cuarenta me sale más caro que hacerme las uñas, tu me dirás.

— Tengo 32.— Maria respondió tomando el dinero entre sus manos.— Y no es solo una charla, estamos tratando de avanzar, recuérdalo.

¿Seda que estamos viendo a una aldana más temporada 1? yo lo estoy notando no se ustedes 😳😳😳😳😳