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El día del juicio había llegado, todos se encontraban preparándose para ir al tribunal. Aldana vestida un vestido negro que había comprado hace varios meses atrás. Ella camino hasta la oficina de su padre. El guardaba algunos documentos en su maletín mientras bebía su café.
—papá— lo llamó con su voz hecha un hilo.— solo... solo quiero decir que lo siento que... Lo siento.— su padre dejó de hacer su actividad y observó a su hija— por las pasadas semanas y los dieciséis años antes.— Aldana suspiro— se que esto no es fácil para ti, lo sé... creo que alguna parte trastornada de mi le gusta pensar que soy la única persona con problemas de verdad como si eso me hiciera especial— jugó con sus dedos mientras bajaba la cabeza.— Lo lamento.
Ella levantó la vista en respuesta de su padre. El sonrió ligeramente extendiendo los brazos en espera de un abrazo de su única hija. Ella sonrió y corrió a sus brazos. Se quedaron varios segundos únicos.
— Aldo, ya nos tenemos que ir...— su madre entró a la habitación viendo a sus esposa y hija compartir un momento que desde hace meses no era posible.
Ella se acercó y envolvió con sus brazos a los dos. Aldana no podía estar más feliz en aquellos momentos, no quería admitirlo pero, toda su vida había parecido mejorar desde la muerte de Marina Nunier.
Si la muerte de Marina había hecho que su vida mejorara y su familia se hiciera más única, entonces a ella no le afectaba, aceptaba no tener que volver a ver a Marina en su vida con tal de que ella viviera feliz.
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El cuerpo de Aldana temblaba, estaba sentada junto su abogada y un representante del ministerio público. En la mesa a varios metros después de ella se encontraba Rafael junto a su abogado.
— Tranquila— La mano de Raquel, su abogada de posicionó sobre su mano.
— La víctima puede declarar— indicó el juez. Llevaban alrededor de media hora donde el abogado de Rafael quería hacerlos creer que Aldana había armado toda esa historia por que todos pensaran que era una invención de Aldana.
— ¿Que pasó el día 5 de septiembre, Aldana?— preguntó Raquel mientras le entregaba las pruebas al juez.
— La primera semana de septiembre mis padres estaban fuera de la ciudad, ese día era el cumpleaños de una amiga y ella estaba organizando una fiesta.— Explicó— estuvimos bebiendo y...
— Objeción— el juez de Rafael interrumpió el testimonio de Aldana. El juez le permitió la palabra— Una menor de esas bebiendo en una fiesta, no me sorprendería que mintiera con algo así.
— prosigue— El juez levantó la mirada de las pruebas y dejó que Aldana continuara.
— Después de algunas decidí irme a mi casa, el me ayudó a llegar a mi habitación. Y empecé a quedarme dormida o a desmallarme, no lo sé.— Aldana observó a Polo entre el medio del público.— recuerdo haber pensado que solo necesitaba cerrar mis ojos unos minutos.— Tomó una pausa antes de continuar— después el entro a la habitación, y luego recuerdo despertar cuando estaba quitando mi ropa interior, y después recuerdo sentir como entrarse dentro de mi— la voz de Aldana temblaba junto con todo su cuerpo— tal vez no recuerde todos los detalles pero nunca olvidaré el miedo y terror de sentir tu peso sobre mi... — los ojos de Aldana de dirigieron a Rafael— de no ser capaz de respirar.
— El acusado puede pasar a declarar.
Aldana bajo del estrado y camino hasta la mesa donde Regina ya se encontraba.— Lo hiciste muy bien— Sobo su espalda en señal de apoyo— Todo saldrá bien.
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El momento final del juicio había llegado. Todos se encontraban nerviosos por la respuesta del juez. Habían pasado 10 minutos desde que el juez había salido de la tribuna para pensar su sentencia.
El juez entró por la puerta junto a sus guardias de seguridad. Todos los presentes lo siguieron con la mirada. El subió nuevamente al estrado y se sentó en su silla.
Aldana sostenía las manos de Raquel con nervios. Incluso para Aldana la declaración de Rafael parecía contundente, cosa que le ponía los pelos de punta.
— Después de varios minutos de reflexión he llegado a la conclusión que el acusado Rafael Gonzales es— Todos esperaron la respuesta con nervios. Aldana giró la mirada hacia Rafael, que de igual forma la observaban, sus ojos transmitían un enojo y rabia que Aldana podía comprender.— Culpable.— el juez golpeó el Mállete dando su última palabra.
Aldana sonrió mientras abrazaba a Raquel.— Gracias— le susurró a su abogada.
Los padres de Aldana se acercaron y abrazaron a su hija.
Aldana se separó del abrazo de sus padres y se acercó a Polo mientras que ellos agradecían a Raquel.
— Gracias por estar aquí— Aldana abrazo a Polo. Ella escondió su cara en el cuello de Polo.
— Siempre estaré para ti,Aldana. No importa que.
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Terminamos la primera temporada!!!!!! En verdad muchas gracias por seguir esta historia. Agradezco demasiado el apoyo que le han dado y pronto se subirá la siguiente temporada ❤️❤️❤️❤️❤️.
