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—¿Que tal tu cita?— Carla le pregunto a Polo por detrás mientras ella tomaba asiento y el escribía en su libreta.
— Muy bien.
— Después de tantos años, ¿de verdad crees me puedes engañar?.— pregunto con una sonrisa.
Polo dejó de ver su libreta y se recargó en el respaldo girando la cabeza para ver a Carla más de cerca — ¿y tu qué tal con tu amorcito?.
— Por favor... no es mi amorcito. Estoy con el solo por un motivo y no tiene nada que ver con el amor.
— después de tantos años, ¿de verdad crees que me puedes engañar?— ahora pregunto el con una sonrisa.
La profesora entró al aula junto con Lucrecia y Cayetana, detrás de ellas se adentró Aldana. Se sentó junto a Polo dejando un pequeño beso en sus labios, dejando impactado a más de una persona.
Cayetana y Lucrecia se miraron entre sí, la mexicana había intuido la forma en el que su nueva amiga se sentía por su amigo, pero ella se alegraba del hecho que ya no hubiera la posibilidad de que la morena se pudiera reencontrar con su hermano, bueno, medio hermano.
Carla trago duro al ver la imagen frente a sus ojos, era verdad que los dos se habían dejado desde hace varios meses, pero todo lo que ella hacía era para el bien de él, el de ambos.
Valerio bajo la mirada hacia su libreta, después de aquel día que ella le había pedido disculpas sus esperanzas habían aumentado. Su brazo fue apretado en forma de apoyo por parte de Rebeka que se encontraba a su lado, por su parte ella no tuvo una reacción tan mala como las anteriores, simplemente se sentía algo desilusionada.
Ander no pudo reconocer sus emociones, después saber la verdad de Polo se le hacía imposible contener su enojo y ahora al ver que Aldana comenzaba a tener más apego sentimental del que antes tenia hacía que su cabeza explotara.
— Espero que hayan estudiado— La profesora interrumpió los pensamientos de todos. Después de entregar los exámenes todos trataron de concentrarse en las preguntas que este contenía.
Aldana apretó el botón de su pluma haciendo que la punta de esta bajara. Comenzó a escribir con rapidez las respuestas que según serían las correctas para su criterio. Después de que Nadia se levantará a entregar su examen Aldana lo hizo segundos después.
...
— Está vez a sido el, Polo. Ha empezado a decir...
— ¿Que?— Le preguntó el con rapidez.
— Tonterías. — se callo por un miembro— ha empezando a decir que... que...
— !Guzman!— Polo trato de hacerlo hablar.— Tienes que pasar pagina o vas a acabar muy mal. Joder, ¿Y si ese tío la otra noche te hubiera atacado?.
— No le tengo miedo.
Guzmán mantenía la vista en el pasillo. Después de aquella acusación de Samuel hacía su amigo aquella mañana todo había cambiado en su cabeza, comenzaba a dudar de la verdad de él y la de la policía.
— Yo no le tengo miedo a él. Te tengo miedo a ti. A que hagas algo de lo que te vayas a arrepentir del resto de tu vida . Solo basta un segundo, no controlas tu rabia, un mal golpe una mala caída y... puedes mandarlo todo a la mierda.
— Polo— Cayetana lo llamo.
— Joder...— Guzmán se quejó.
— ¿podemos hablar un momento?. — ella pidió— tengo la sensación de que me estás evitando. Y lo entiendo pero...
— Que va— respondio rápido pero fue opacado por la voz de Guzmán.
— !Si! ¡Te está evitando!— Hablo sobre la voz de Polo— porque no le gustas, no eres su tipo. A él le gusta Aldana, y están intentando algo. Es el, no tu. Es Aldana para ser claros. Búscate la excusa que tu quieras, el camino siempre va a ser el mismo, Aldana, no tú. No quiere estar contigo.
— !Guzman!— Polo trato de callarlo.
— Polo, ¿que quieres? Si tú no tienes los huevos, alguien tendrá que decirle a la pobre chica. No vamos a estar todo el día liándola. ¿No?— los dos se encontraban frente a frente. Los dos giraron al mismo tiempo para a observar a una Cayetana aturdida por las palabras del rubio— lo siento, es por tu bien.
— Vale... — Fue lo último que respondió para salir del pasillo.
Polo dejó a Guzmán y salió en busca de Cayetana. Después de buscar por varias aulas la encontró en la sala de inglés.
— Cayetana, Guzman no sabe lo que dice— Se acercó por detrás. Acaricio su espaldas tratando de hacer que le mirase— Venga, Caye.
— No entiendo que hecho mal.
— No has hecho nada mal. Es que Guzmán no sabe lo que está pasando y le fue fácil asumir a ella y a él que ella y yo estamos en algo pero...
— ¿pero que?— Cayetana pregunto esperanzada.
— Que yo no estoy seguro.
— ¿entonces estás con ella?.
— Si... !No¡— Se corrigió con rapidez— que ella y yo nos conocemos de hace tiempo y tenemos historia y no puedo dejar esto solo así.
— Vale.— asintió repetidas veces.
— Tu vida es de color de rosa y la mía es negra. Muy negra.
— si, vale. ¿Pero por que?. Es que lo siento, pero no entiendo.
— no pretendo que alguien como tú lo entienda, de verdad.— Le respondió con sinceridad.— Tu mayor problema parece decidir cual de los diez baños vas a usar cada mañana.
Cayetana se alejó de el mientras soltaba un respiro.
— Vale, perdóname.— el se disculpo.
— No me conoces— Cayetana se giro hacia el.— no sabes quien soy. ¿Crees que no tengo problemas?. — Ella rio— ¿en serio?. Quieres saber algo chunga de mi, ¿no?. Vale... vale— ella dio una vuelta tratando de pensar las mejores palabras para poder expresarse.— ¿cuanto tiempo tienes?.
