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Aldana besaba con furia los labios de Guzmán. Ninguno de los dos sabían cómo habían terminando en aquella situación, pero ambos lo estaba disfrutando.
El bajo el cierre del vestido de Aldana mientras besaba su cuello.— joder, extrañe esto.— Guzmán gruño cuando Aldana quito su camiseta. Ella sonrió para volver a juntar sus labios.
Las manos de Guzmán fueron al trasero de Aldana levantándola para posicionarla en la mesa de la librería de la escuela. Aldana quito el cinturón del pantalón de Guzmán y abrió sus pantalones. El soltó un jadeo al sentir las manos fríos de Aldana sobre.
Guzman quito la ropa interior de Aldana y se introdujo en ella. Guzmán comenzó a mover sus caderas bríndales placer tanto a él como a ella.
La puerta de la biblioteca se abrió dejando a la vista a una mujer rubia de tez blanca frente a ella.— ¿Guzmán Nunier?— pregunto la mujer. Aldana trató de cubrir su cuerpo.
— Si, si, soy yo— Guzman cubrió con su espalda al cuerpo desnudó de Aldana.
— Vístete y acompáñame por favor.
Aldana se bajo de la mesa y tomó su vestido para vestirse con rapidez. Dejo a Guzmán solo con aquella mujer y los dos hombres que lo acompañaban.
Camino hasta su casillero para recoger su bolso. Aldana se posicionó frente a él y bajo la mirada al suelo.
Una carpeta con el logo del hospital donde habían realizado las pruebas. Ella se hincó y abrió la carpeta que seguía en el suelo.
Varias fotografías de moretones, el diagnóstico de la ginecóloga que señalaba las heridas de Aldana y las evidentes pruebas de violación.
Aldana observó a ambos lados en busca del responsable. Los pasillos se encontraban vacíos, todos seguían en la fiesta. Ella camino nuevamente al gimnasio, todos tenían una cara de preocupación, Aldana se acercó a Omar y Ander que estaban en el medio de la pista.
— ¿Que ha pasado?— pregunto con bastante confusión.
— Marina esta muerta.
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Aldana estaba sentada junto a la madre de Guzmán, acariciaba su espalda en modo de apoyo, ella siempre había sido amiga de ella, pero después de que su relación con Guzmán terminara la comunicación se había roto.
Aldana se levantó y se acercó a Guzmán. El sonrió levemente cuando ella estuvo frente a él. A Lucrecia no parecía agradarle mucho la presencia de ella. Ella envolvió entre sus brazos el cuello de Guzmán.
